fueron , por lo demos, el fermen–
to de particularismos de los que
arrancan varios Estados inde–
pendientes en e l sig lo XIX (el
caso de Ecuador y Bo livia ) En
fin, una nube de autoridades
menores, corregidores, a lca l–
des mayores, complementan
el poder administrativo. Los
instrumentos de control intro–
ducidos en las Indios eran, por
momentos, temibles. Es el caso
de las <Nisitas», o sea las inspec–
ciones de un territorio dado. En–
tre
f525
y 1700, segun Thomas
Ca lvo,9 se llevaron a cabo 70
visitas generales. Afirmar el po–
der real a distancia era diffcil,
en el peor de los casos , si se
revelaban effmeras o costosas,
las inspecciones recordaban a
los lejanos subditos, en particu–
lar a los criollos, que el cordon
umbilical con la metropoli con–
tinua ba siendo real.
Cierto es sin duda que los Aus–
tria, tras sus virreyes, robustecen
las instituciones burocr6ticas. En
efecto, desde
1556,
cuando re–
emplaza a su padre, Felipe II , la
edad de hierro de la Conquis–
ta ha concluido. Cierto es que
viene un tiempo d istinto, el de
la burocracia, de la administra–
cion, de visitas e informes, de los
cuales hoy se sirven los historia–
dores para la reconstruccion fina
del tramado jurfdico y social de
ese tiempo. Tiempos, sin duda,
de una obra legislativa enorme,
que solo en 1
680
se va a reunir
(Recopilaci6n de las /eyes de
Indios) .
Por ultimo cabe senalar
que una maquinaria polftica tan
compleja como la imperial de
los Austria -no eran un reino
sino un conjunto de reinos- los
organos de poder resultaban
Joyas de la Bibliotec a
•
EL XVI ,
EN EL ASOMBRO DEL MUNDO
RECOPILACION
DELEYESDELOSREYNOS
DE Ll\.S
INDIAS.
MANDADAS IMPRIMIR , Y PUBLICAR
J.>OR LA MAGESTAD CATOLICA DEL REY .
. DON CARLOS II.
NUESTRO SENOR.
-
V-A D I V I D
1
D A E N
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U A T
a
O T O M
o s
c:on
cl
Indic:c
gc:ncral ,
y
al
principio de
cada
Torno
el
Indice
'
cf
pcc:ial
de los cirulos, que c:onrienc.
TOMO PRIMERO•
&Mdril. :
.Poll ANTONIO
1htau, Anode
17f~.
SEG CINDA ED IClON.
La celebre recopilaci6n de /eyes. «Se acotobon pero nose op/icobon,,, de ohf
nos
viene
lo costumbre.
forzosamente plurales, y el Em–
perador, los sucesivos Felipes,
gobernaban tras sus Consejos, a
los cuales no forzosamente asis–
tfan , los cuales se organizaban
por division geogr6fica, a saber,
Castilla, Aragon , Italia, Flandes
(iUno para la Santa Cruzado!)
Y en consecuencia , a los domi-
nios en Indios, se le dedica un
Consejo Real, llamado Supremo
de Indios desde
1520.
Ahf se pre–
paraban, como es sabido, las
reuniones o «real acuerdo», en
las que intervenfan fiscales, rela–
tores, un geografo o cosmogra–
fo y sabre todo, juristas, es decir,
letrados y togados . En el XVIII,
149