

H UGO N EIRA
esa definicion la Monarqufa ca–
tolica de pretension universal,
cuyo apogeo se situa entre
1580
y
1640,
fecha en que es palma–
rio que declina el poder de los
Austria hisp6nicos. «Monarqufa
universal» que inicia Carlos V.
Estamos ante un concepto
abarcador. Nos pone frente a
una voluntad polftica, una geo–
graffa y un estilo de poder y de
vida . En efecto, el imperio mal
llamado espanol de los Austria
se concibe sobre una forma de
dominacion con vocaci6n pla–
netaria. Rey de Castilla, Leon,
de las dos Sicilias, de Jerusalen,
de Portugal, de Navarra, Gra–
nada, Galicia, Cordoba, Cor-
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cega, Murcia, Archiduque de
Austria , duque de Borgona, de
Flandes, del Tirol, de Barcelona,
etc, el titular de tantas coronas,
el Emperador Carlos V, no es
pues un Soberano meramente
iberico. Acaso a la largo lista
de posesiones, sus sucesores no
anadieron gran cosa, salvo rey
de Algeciras, duque de Atenas,
y la perdida de Portugal que se
escapa en
1668.
Bajo esa polf–
tica internacional, en la que se
mezclaba la ambici6n geogr6-
fica, la explotacion de las nue–
vas tierras americanas con un
mesianismo cat61ico que hada
de esa Corona la campeona de
la lucha contra el Islam y de un
Un
lmperio
mas
o/16 de lo esponol.
espfritu de cruzada destinado a
recuperar el Santo Sepulcro de
Jesus en Jerusalen, al interior y
no fuera de esa monarqufa dila–
tada, evoluciona el proceso his–
t6rico de Indios, nuestro perfodo
llamado colonial. Es de una gran
pobreza, pues, reducir el vfnculo
del Peru o de Mexico con ese
conglomerado de Estados, prin–
cipados, reinos y dominios del
Cesar flamenco-espanol. Orbe
lberico, pues, no Espana unica–
mente y sus dominios en Indios,
sino una configuraci6n enorme
que se extendi6 hasta el extre–
ma filipino.
El concepto de Brading nos
permite evocar diversos as–
pectos. El inmenso espacio, el
del lmperio, en el seno del cual
surgfan las identidades loca–
les (mestizos y criollos) o resur–
gfan las aut6ctonas (cambios
y resistencias indias en Mexico,
Peru, el sur de Chile,
y
en Pa–
tagonia). Pero, con los matices
del caso, una triple realidad :
burocr6tica, comercial, men–
tal. Este concepto permite estu–
diar desde diversos 6ngulos los
nexos entre la penfnsula lberica
y la America de los siglos XVI al
XVIII , y la occidentalizaci6n y
las transformaciones internas, y
campos de investigaci6n, des–
de la economfa al arte, las mi–
nas, los sistemas de producci6n,
el comercio, la economfa de la
plantaci6n. Y la circulaci6n e in–
tercambios como los rechazos
culturales, desde el barroco de
Indios al urbanismo, incluso las
formas de autoridades, hasta el
sistema de Estado de las Indios
espanolas de los Austria y los
eslabonamientos con poderes
aut6ctonos locales, con las au-
Joyas de la Biblioteca