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evolucion climatica, la densidad

de poblacion, y las formas de

produccion agrfcola, los historia–

dores se hon preguntado cual

era el continente, cual la civili–

zacion que mejor se prepara–

ba para jugar un rol decisive en

un mundo en que esas mismas

civilizaciones, tras las grandes

exploraciones y descubrimien–

tos marftimos, se iban a poner

en contacto. Es el alba, el pri–

mer memento de una historia

realmente universal. Ahora bien,

contra toda logica y nuestros

habitos mentales, pese a la iner–

cia de los topicos y estereotipos,

el equipo de historiadores que

prepararon

El estado

de/ mundo

en

1492

4

llegaron a la conclusion

que Europa no pareda la me–

jor preparada para la aventura

colonial. Para ese encuentro de

mundos que a su vez prepara la

revolucion agrfcola e industrial

de los siglos venideros.

En efecto, a fines del XV, Eu–

ropa no era sino una entre sie–

te grandes regiones que sere–

partfan los 400 millones de seres

humanos, y «desde el punto de

vista de la tecnica de produc–

cion, de la division del trabajo y

el grado de organizacion polfti–

ca, no era claramente distinta

de otros bloques de civilizacion ,

como la China, India o el Islam».

Como masa de poblacion era

visiblemente inferior al Asia , y

comparada con China, esta te–

nfa una mejor tecnologfa, la po–

sesi6n de materias primas

y

mas

abundantes fuentes de energfa,

observaron los historiadores. Si

un visitante de otro planeta hu–

biese llegado y preguntado por

cual de todas esas civilizaciones

era la que mas espacio y mas

Joyas de la Bib liotec a

masa de hombres ludo, la evi–

dencia era que el primer rango

lo ocupaban los diversos mun–

dos musulmanes. El Islam, que

nunca fue una unidad, igual se

extendfa desde las costas africa–

nas, con los emirates, uno de los

cuales permanece en Grana–

da hasta 1492, se continuaba

en el Egipto de los mamelucos,

el lmperio Otomano, por tierras

persas, penetraba en el Asia con

la horda de oro, y ya en el sul–

tanate de Delhi, en Mali, en ln–

sulindia, penetraba en la China

de los Ming. Quien dice espacio

dice hombres, dice tributes, dice

soldados. Al lado de esa masa

impresionante de tierras

y

gente

que saluda diariamente hacia

La Meca, la cristiandad euro–

pea resulta un espacio acosado

y pequeno, y en esos anos, el

poderoso Soliman apunta a Vie–

na. En las puertas de esa ciudad,

reune 200 mil islamicos, ante 50

mil guerreros cristianos venidos

EL XVI ,

EN EL ASOMBRO DEL MUNDO

de diversos reinos y feudos. No

. toma, sin embargo, Viena y se

contenta con un costoso tribu–

te. Los cristianos hablan de un

milagro pero en realidad, supe–

riores en el campo de las armas,

los musulmanes hon levantando

una brillante civilizacion, domi–

nan el mundo desde el Eufrates

a Marruecos, controlan las rutas

de la seda, las especies y la del

oro. Y son una red de grandes

y potentes ciudades, Estambul,

Samarcanda, Bagdad, El Cairo,

La Meca, Malaca, red comer–

cial que vincula China , India,

Singapur y el Africa y el Medi–

terraneo.

Pero los mismos historiadores

comprueban que algunos cam–

bios singulares estan ocurriendo

en la estrecha cristiandad. Euro–

pa es un espacio heterogeneo

polfticamente (lo que acaso

fue una ventaja, inventaron el

Estado moderno) pero unido

.. ...

,

' """'"

....

,

..

Las civi/izaciones de America.

A

la izquierda, los tributos

o impuestos que

cobraban los

Sefiores

Aztecas. A

la derecha, el arte de

con

tar, de los Sefiores Incas.

e

Vencidos

o

interrumpidos?

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