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coos . Y a la vez, entre los pro–

pios europeos, la duda sobre sus

principios

y

la arrogancia de su

civilizaci6n. No podemos ignorar

que al lado del aventurero

y

el

comerciante

y

el misionero, con

un atisbo de crftica, est6n los hu–

manistas. «Llamamos b6rbaros

y

salvajesn, medita Montaigne

a prop6sito de los indios brasile–

nos,

((0

la gente de otra naci6n».

Cada quien llama b6rbaro lo

que no es de su costumbre .

AsL el pluralismo, que parece

una conquista espiritual de la

democracia

y

de los derechos

del ciudadano, es en realidad la

consecuencia de una interroga–

ci6n humanista que la antec e–

de. Ha comenzado la aventura

Lt

nett

intelectual del individuo libre,

y

entre los intersticios del Papa

y

el

Emperador, comienzan a pen–

sar gentes como Montaigne,

contempor6neo de las guerras

de religion, desde las ranuras de

un prudente escepticismo. Eras–

mo

y

otros, comienzan a pensar

por cuenta propia. El c amino

para Kant,

asapere aude»,

osar

pensar, para la llustraci6n, para

Rousseau, Marx

y

Freud , se hallo

en ese inicio,

y

acaso, en la sos–

pecha c oncreta que America

introduce. El Nuevo Mundo, sin

desearlo, pone en cuesti6n mu–

ches cosas, desde la idea de la

fauna , la flora , la geograffa, a

la idea del hombre, la cultura .

Amanece la duda: los viejos tra-

z u

EL XVI ,

EN EL ASOMBRO DEL MUNDO

tados no encierran la verdad del

mundo. Me muero de frfo, dice

el padre Acosta con ironfa,

y

se–

nala que en la proximidad de la

lfnea ecuatorial, deberfa order

en color, segun las autoridades,

pero le ocurre lo contrario. Las

Indios fueron una irreverencia,

ni las Escrituras ni los griegos las

conocfan . El XVI es tambien el

tiempo de un estallido intelec–

tual, social, polftico.

En el Orbe lberico

El concepto proviene de David

A. Brading, en uno de los gran–

des textos de nuestra historia.

6

La idea de Brading abraza con

El Orbe lberico. El Peruse confunde

con un

espacio continental-meridional, donde solo osomon Uma, Arequipa, Cusco, Potosi. No hay

otras ciudades, para las conceptores de este mapa.

Joyas de la Biblioteca

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