Libro Quinto
Capítulo 11
Y
DECLARANDO LO QUE
dice Gómara, que el Licenciado
Gasea era hombre de muy mejor entendimiento que
disposición, es así que era muy pequeño de cuerpo, con
estraña hechura, que de la cintura abajo tenía tanto cuerpo
como cualquiera hombre alto, y de la cintura al hombro
no tenía una tercia. Andando a caballo, parecía aún más
pequeño de lo que era, porque todo era piernas; de rostro
era muy feo. Pero lo que la naturaleza le negó de los dotes
del cuerpo, se los dobló en los del ánimo, porque tuvo todos
los que aquel autor dice dél y muchos más, pues redujo un
Imperio tan perdido como estaba el Perú, al servicio de su
Rey. Yo le conocí, y particularmente le vi toda una tarde que
estuvo en el corredorcillo de la casa de mi padre que sale a
la plaza de las fiestas, donde le hicieron unas muy solenes
de toros y juegos de cañas, y el Presidente las miró dende
allí, y posaba en las casas que fueron de Tomás Vázquez y
ahora son de su hijo Pedro Vázquez, donde también posó
Gonzalo Pizarra, que están al poniente, calle en medio, de la
casa y convento de Nuestra Señora
de las Mercedes; y aunque aquellas
casas tienen a la esquina que sale a la
plaza una ventana grande, de donde
pudiera el Licenciado Gasea ver las
fiestas, quiso verlas dende el corre–
dorcillo de mi padre, porque cae en
medio de aquella plaza.
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