gación anterior, la de José de la Torre y del Cerro, de
1935,
en Madrid, permitía abordar. Observa Miró Quesada las
lecturas italianas de Garcilaso, su desdén por las ficcio–
nes en el Inca erudito, en efecto no poseía ni un solo libro
de caballería. En cambio es notoria la predilección
por la poesía. Además, el inventario de esos libros
permite situar mejor la calidad de la traducción de
Diálogos de Amor de León Hebreo,
al lado de las otras,
«ampulosas, retóricas», inferiores a las hechas por
el Inca, y acaso por eso, la Inquisición la halló tan
leal, que la prohibió. Importa mucho, en otro nivel
de entendimiento de lo que encarna Garcilaso el
Inca, esos autores y tratadistas italianos que figu–
ran en el inventario y sobre los cuales se demora
afortunadamente Aurelio Miró Quesada. Esas
lecturas signan el destino ya no de mero histo–
riador sino de reflexión sobre el sentido mismo
de la historia humana en los años de la ocupada
vejez. Había leído el Inca, entre otros libros de su
personal biblioteca
La Retórica
de Aristóteles,
La Fi–
losofía Natural
de Bruno Migliori y Giulio Cesare (también
José Durand observó este hecho). No aparece en cambio
Maquiavelo, no podía ignorarlo este Inca renacentista, y
Miró Quesada da el silencio por desaprobación. Pero sí
están los libros de Francesco Guicciardini, «SU gusto por las
máximas morales», por los
Riccordi politici e civili,
y el tema
un tanto fatalista, dice Miró Quesada, por el destino, «la
fortuna». A Guicciardini el Inca lo cita varias veces dice Miró
Quesada, en
La Florida,
y el libro nono, «su galana historia».
En fin, la instrucción de Miró Quesada sobre la obra y las
formas históricas del Inca Garcilaso se continúan en sus
observaciones sobre la asociación Roma y Cusco. Todo esto
y mucho más se halla en las tres obras fundamentales que
Aurelio Miró Quesada dedica al Inca, a saber,
El Inca Garci–
laso
(Lima,
1945).
El admirable prólogo de
Los Comentarios
Reales,
(1959)
edición en
3
volúmenes.
YEl Inca Garcilaso
y
otros estudios garcilacistas
(Madrid,
1971).
Sendos trabajos
son obra personal y a la vez la culminación de un período
de garcilacismo clásico y erudito.
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