poráneos garcilacistas, como lo examinaremos en breve. De
una u otra forma, la producción es enorme. Había por mi
parte contado, hace un par de años, unos
186
garcilacistas,
deben haber más, y mucho más, con el IV Centenario. Sería
un proyecto pretencioso dar cuenta de todos ellos.
He aquí, pues, estas páginas. Tratan de las lecturas múl–
tiples de garcilacistas peruanos y peruanistas. A grandes
rasgos y brochazos. Sostengo, pues, sin darles la razón
a
priori
ni a unos ni a otros, que ellos configuran una suerte
de controversia inacabable sobre Garcilaso, y acaso por eso
mismo, un mapa de significaciones de la cultura peruana.
La extensa bibliografía que le concierne revela, en efecto,
grandes temas no solo históricos sino ideológicos, aquellos
que importan de acuerdo a cada generación de peruanos.
Para tal tarea, propongo dos operaciones sumarias.
Habría dos bloques mayores de garcilacistas. El primero,
data de los estudios de Riva Agüero y se prolonga hasta
los años sesenta. Un tramo del garcilacismo en que se des–
taca, junto a la importancia del escritor, al historiador, y a
Los Comentarios Reales
como fuente histórica (eso decaerá
unos años después). Pero, preciso es decirlo, ese período
sin duda fecundo desde la perspectiva historiográfica no
deja de ser tributario de una idea central. De la construcción
imaginaria de una nación de criollos y mestizos en armonía.
En consecuencia, ese Garcilaso, si así puede decirse, resul-
.. taba el modelo del «peruano integral». Idea que luego es
acremente controvertida.
En el segundo bloque, es notorio la disminución del inte–
rés por
Los Comentarios
como fuente y en cambio aumenta
el valor de Garcilaso por sí mismo, como caso literario y de
conciencia de sí. Este segundo bloque no es desdeñable.
Garcilaso reaparece como temática, pero como caso huma–
no, interesa entonces su formación y errancia europeas: un
cusqueño humanista cogido en la dialéctica de lo propio
y
lo ajeno, del uno
y
del otro. Temas de nuestra contempo–
raneidad. Y no es casual que sobre esto escriban muchos
profesores e intelectuales peruanos emigrados, en busca
de condiciones mejores para su desenvolvimiento en tierras
127