obra de Garcilaso según la evolución de las mismas ciencias
históricas. Siendo una fuente -como cronista postoledano
lo clasifica Porras- es claro y evidente que el saber histórico
se renueva constantemente, no solo en métodos, sino en la
definición misma de fuente. La historia como saber cambia
de objetivos, de hipótesis. Fiel a cada tiempo, lee en el pasa–
do no solamente de modo diferente, sino que lleva al pasado
otras cuestiones. ¿Pero esto significa que la posteridad de
Los Comentarios Reales
ha dependido exclusivamente de las
mutaciones de una disciplina, la historia? No lo parece. Desde
una perspectiva de conjunto de las obras garcilacistas -las
varias lecturas- se comprobará que otras ciencias humanas,
otras racionalidades, se han inclinado sobre la obra que se
imprimió en
1609.
La historicidad de Garcilaso es más que
la de una fuente histórica como las otras. Ni Cieza, fuente
de primer orden, ni el inmenso José de Acosta, autor de
una sólida documentación sobre los indios del Perú que
pudo observar, como sacerdote jesuita, más tiempo y en
mejores condiciones que nadie, han merecido tal atención.
Se dirá entonces, que no eran autores mestizos. Razonemos,
los hubo en México, descontemos los estudios sobre los
Codex, por anónimos. Pero hay un lxtlilxochitl, historiador
mexicano, que utilizó como fuente de información los ma–
nuscritos en lengua nahuatl, los códigos pictóricos e incluso
la tradición oral, puesto que Fernando de Alba lxtlilxochitl,
era también un mestizo de sangre real, de padre español,
y madre cuyos ancestros eran los reyes-poetas Netzahua–
coyotl, y Netzahualpilli. Pero no hay en México ni culto ni
polémica en torno a este hermano gemelo de Garcilaso de la
Vega, el lnca.
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¿Un Garcilaso mexicano? La verdad es que no.
Falta, además de ese don por la cuita personal del peruano,
el estilo, esa huella del gran castellano del siglo XVI que sí
está en Garcilaso. A lxtlilxochitl ningún investigador mexi–
cano se le ha ocurrido llamarlo «clásico de América», pero a
Garcilaso sí, sin que disuene. En fin, una de las razones por
las que Garcilaso es temática constante lo ha dicho a su hora
Aurelio Miró Quesada: «Es el primer (escritor) peruano que
tiene una misión: asciende desde la crónica ... a preocuparse
por más hondos problemas»
(1945).
En suma ¿discusión de
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