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(( La

lectura e

con

irt10

en algo

fa

cinante, me hizo

alir del mundo

de la pobreza))

Rema, Enrique Polanco

5

decido que primero quiero er yo, y luego tengo que aportar

al colectivo. Eso implicaba toda una bú queda de años, po rque

no sabía quién miércoles era, te nía tod a una experiencia de

organización comunitaria hecha en un gigante co co lectivo en

el cual yo no era un individuo. C ua ndo entré al TUC descubrí

que era u n actor.

Michel Azcueta hizo una de la grandes cosa que ha hecho

en su vida: me dijo que no ervía para nada. Yo tenía el pelo

largo, era un

hippie

de ba rrio, y me dijo: «Tú n o

a a hacer

nada en la vida, lo único que as a ere un chico má ». Es que

yo había ido uno de lo cercanos a él, a toda esta mancha que

formaba e l Cen tro de Comunicación, y creo que e llos me

había n de tinado para er líder de la comunidad. Pero ya tenía

mi propia di námica, y decidí irme por el camino má

largo.

Era un acharado que leía, e taba con mi patas d e barrio,

lúmpenes a vece , pero yo con mi libro, en un rincón. C uando

no hab ía nada que hacer, estaba entado leyendo. Ello

iempre

me estaban preguntando qué leía, y ca i

i mpre comentaba,

in e nraba la hi torias que estaba leye nd o para que e ll o

entendieran. Hablaba en acharado, traducía Cien

años

de

soledad:

«Üe compadre, hay un pata que tiene

u

iejo que hace

pe cadi tos», y así hablaba.

En e as época una de las cosa que má hacía era e capa rme

para ir al cine.

La

fo rmación cinematográfica de mi compañero

de teatro yo e la hice. Me acuerdo que atrás de lo que era el

Ministerio de Educación, frente al parque Univer itario, e raba

el cineclub Pardo y Aliaga, q ue

i itaba todo

lo día de de

que tenía 15 año- porque cada día daban una película diferente.

i no estaba ahí, me iba al cineclub de la cooperati a Sa n ta

Eli a. En esos sitio vi

1900

y

El

último

cango

en

París,

de

Berrolucci , todo Wood Allen y montone de pe lí cu la

peruanas. Algo se abrió.

unca había ido al ballet ni a la ópera,

y mi compañero del

T

C hablaban de e o. Un día me

dijeron: «¡Tú conoces una canción que e llama 'Con diez af\ o

de meno ', de

ilvio Rodríguez ?».

o la co nocía, pero

empezamo a tomar cerv za y un de mi c mpañero se pu o

a tocar guitarra, y tocó «Ra guña la piedras», de ui Generi ;

«Penélope», de

errar, y e n mi vida había e cuchado e a

canciones. Yo vi ía del va l , de la cumbia de Chacalón y la

ueva Crema, del Grupo Cel

te, de Compay Quinto, y de la

sal a dura, Rubén Blade , Héctor

La

oe, Willy Colón. Ese era

mi mundo.

o conocía o tra co a, y cuando empiezo a e cucha r

la cancione de Silvio la poe ía entra en mi cabeza.

Recuerdo que Cé ar Ángele me escribió un poema. Él me

enseñó a leer a Lui Hernández, a Ja ier Heraud . Me abrió a la

poe ía. La c ndicio n e

e taban dadas para que yo, e re

muchacho con a pirad ne que quería alir de la pobreza

mental en la que

i ía e encuentre con e re pano rama,

y

lo

único que hice fue alirme p r la ventana de Villa El

al ador

me abrí a todo e e mund ,

in ningú n problema de

c nciencia. Mucho compañero mío

tenían problema . Yo

Co

UIO LO CHOLO EN EL PERú