p
RE L I MI NA R.
XXIII
respondencias del latin ó de qualquiera de nuestros idiomas moder–
-nos.
16
Tambiert han emresácado algunos eruditos sus diccionarios de los
autores arabes mas clasicos y de dificil traduccion: ton que han facilita–
do su lectura
á
Jos europeos.
,
I
7 Francisco Ráphelengio publicó su
Lexicon arabz'cum
ó dicciona–
rio arabe y latino; que fue.impreso en Leyden año de
1
6
r 3.
í
8 AntonioGiggeo dió
á
luz. en MiJan
ei
año de
i
6
3
2
un diccionario
extenso de la lengua arabe en que hay gran copia de frases, y consta
de
4
volumenes en folio. L e intituló
Thesaurus /úigute arabiéte.
I
9
En
el
año de
I
639 imptimió en Roma por disposicion de la Con–
gregacion de
Propaganda
Fr. Domingd Germáno de Silesia'su
Fabrica
ó
diccionario arabe con imerpretacion latina
é
italiana para el uso de las
misiones de Otiente.
20
Este Religioso fue interprete de Felipe
IV
por lo tocante
á
la len–
gua arabiga, y se conservan en este idioma algunas obras y versiones su–
yas de que da noticia D. Miguel Casiri en
sli
Bz'bliotkeca arabico-hispa-
na
del Escorial.
(30)
_
2
r Jaéobo Golio estampó en Leiden el año de
I
6
53
su
Lexicon arabi–
co-/atinum
habiefidole entresacado de los diccionarios más apreciables trahi–
dos del Oriente, cuyos autores se citan en las respectivas voces con las abre–
viaturas, de que da razon al principio este .diligentisimo escritor.
22
Su obra por laabundancia de voces,y metodo conciso en exprimir
sus significados
y
acepciones, merece sin
dud~
el primer lugar entre los
diccionarios arabes que hasta ahora han visto la luz publica.
2
3 Francisco Mesgnien Meninski, primer interprete de lenguas
orientales en la corte de Viena, imprimió en aquella capital el año de
i
680 en tres tomos en folio su
Thesaurus linguarum orientaliurrt-turci–
cte-arabictC-persicce
dedicado al Emperador Leopoldo; en que además de
estos tres idiomas se hallan el latiho; aleman, italiano
1
frances
y
polaco.
24
Pará complerilento de este importante
Tesauro oriental
formó el
onomasticon
latino, que sirve de indice
á
la obra principal, y viene
á
ser
un diccionario latino con las correspondencias turquesca
1
arabe
y
persiana,
refiriem:lose
á
su
Tesauro.
-
2
5
Desde aquella epocá el lenguage turco y el persiano se hicieron tan
conocidos y accesibles como el arabe ,y facilitaron
á
los literatos, viageros
y
comerciantes el conocimiento de aquellas dilatadas regiones.
2
6
Ya se ha dado noticia (3
I)
del diccionario manuscrito que del espa–
ñol
y
arabe concluyeron nuestros misioneros de Tierra-Santa
á
principios
de este siglo : esto es
el
año de
I
709, obligados de la necesidad de su
auxí'lio para cumplir con el ministerio evangelice.
(30)
C asiri
t.
t.
cod. MDCXIX p. 543.
Del P.
Germano de Silesia
y
de sus escri–
tos trata
Fr.
Juan de S. Antonio en el tom.
I
, de su
Bibliotua
uni'V~rsal
Franriuana
im·
Juan
pres:.i. en Madrid
en
1732
en
fo!
pag.
31
5.
(31 )
Veanse el
n.
17
y
'iguientesdeJa
Sucion Il.