XIV
DISCURSO
jores los arabigos que los latinos ;
é
de aquí es que decimos antes
alhom–
''
bra
que
tapete ,
y tenemos por m jor vocablo
altrevite
que
piedra-zu–
:Jre,
y
aceyte
que
olio;
y
si mal no me engaño hallaremos que para aque-
llas cosas solas que habemos tomado de los moros no tenemos otros vo–
" cablos con que nombrarlas sino los arabigos , que ellos mismos con las
"mismas cosas nos inrroduxeron. Y si quereis ir avisados hallareis que un
"al
que los moros tienen por articulo, el qual ellos ponen por principio
"
.
,,de los mas nombres que tienen, nosotros lo tenemos mezclado en algu-
,,nos vocablos latinos, el qual es causa que no los conozcamos por
nues~ros,
,,pero con todos estos embarazos, y con todas estas mezclas , todavia Ja
,,lengua latina es el principal fundamento de la castellana."
25
No es cierto lo que afirma el sabioNasarre suponiendo que en E spa–
ña no se encuentran medallas bili ngües en arabe
y
latin como .en SiciJia,
siendo constante que D. Alonso V I el que ganó
á
Toledo acuñó mone–
das de oro en que puso su nombre en letras latinas
A !fon
,
y el resto de
la
leyenda en caracteres arabes.( r 3) Y no es mucho que así sucediese quando
los maestros de las
secas ,
ó casas de moneda eran arabes en España , y la
moneda misma en su denominacion fue tomada de los Almorabides ,
y
corria generalmente entre nosotros ( r 4) hasta que los christianos la fueron
acuñando reteniendo el nombre de marabedi de oro , de plata y de bellon.
26 Las monedas subalternas conservaban tambien en nuestro comer–
cio el uso y el nombre arabe, como el menea! en lugar de mozcal
$
JL.iLl:A
27
Era en E spaña tan usual la escritura arabe que aun en los diplomas
se leen algunas firmas de los mas altos personages en este idioma especial–
mente en Aragon, siendo harto freqüente este modo de firmar
y
escri–
bir en arabe los nuestros por ignorar los caracteres latinos.
28
La epoca en que declinó el uso del idioma
y
escritura arabe en Es–
paña se puede tomar desde el año de r
2
r
2
en que, segun se ha visto,
D. Alonso VIII ganó
á
los moros de aquende
y
de allende la famosa
batalla de las Navas de Tolosa ( r 5). Se acabó de perder su estudio luego
que S. Fernando 111 conquistó el Andalucia,
y
D. Jayme I los reynos
de Valencia
y
Mallorca.
(13)
El gabinete de la Real Academia de
la Historia conserva esta moneda bilingüe
trabajada con mas delicadeza que las que sue–
len encontrarse de Rugero Rey de Sicilia en
cobre.
( 14)
En el propio gabinete de la Academia
se halla una copiosa coleccion de medallas ara–
bes en los tres metales , siendo muy abundan–
tes las que se van encontrando en todos ellos,
aunque muy raras las que tengan busto de al–
gun personag{'¡por el sistema constante de los
lnusulmanes-~
desterrar de las monedas y de
todos sus adornos Ja escultura , de que resulta
ser menos interesantes aqi.i '!los monumentos.
_
En equivalencia se fixa1 en ellos la cronolo–
gía con mucha puntualidad, los sobrenombres
El
y
dictados de los Califas , R eyes y Principes
de las varias Dynastias.
e
Is)
La relacion de esta batalla se escribe
muy por menor en los
A nales eclesiasticos de
J am
compuestos por D . Martin Ximena desde
la pag.97. De ella consta haberse hallado perso–
nalmente D . Alonso
VIII
Rey de C astilla con
los Reyes de Aragon y N avarra, y haberse da–
do en
I
6
de Julio año de
r
2 I 2
con las particu–
laridades que alli acaecieron y dexó individuali–
zadas el Arzobispo de T oledo D . Rodrigo Xi–
menez de R ada, cuyo
zelo
y consejo contribu–
yó en gran manera
á
conseguir esta señalada
victoria , y
á
las disposiciones tomadas para los
grandes preparativos que la precedieron.
L a C iudad
de
Baeza solicitó
en
2 2
de·Di–
ciem-