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xn

D l S C U R S O

,,be, saldrán' de entre el polvo de las Iibrerias, y tal vez para luz de la

,,historia

y

de las artes : pues es posible que como en los autores arabes se

;,conservaron muchas obras de los griegos , que no tendriamos sino por su

,,medio, se hallen en los no conocidos otros que lamentamos perdidos.

,,Tambien los christianos s·in olvidar el romance apFendieron en la cauti–

,,vidad la lengua de los tiranos

y

escribieron en ella.

Y

aunque algunos

,,fueron repreheadidos por

aplicar~e

mas

á

la lengua y escritura que llama·

,,ban

caldea

que

á

la romana , de que hace mencion Alvato Cordubense;

,,otros·en grnh bien delareligion emplearon esta literatura para la enseñan–

,,za de Jos fieles

y

conversion de los mahometanos, como el Santo Metro–

,,politano de Sevilla Juan , llamado por los moros Cacid Almitran (

r

1)."

1

9

Es indubitable pues, que christianos y moros cultivaron constante–

mente enEspafüi la lengua {trabe,

y

que fue comun su uso por algunos siglos

en

la mayor parte dela peninsula desp__uesde la irrupcio11 de losCalifas en ella

reinando

D.

Rodrigo ultimo R ey de los Godos

á

principios del siglo octa–

vo: esto es en el año de

7

r r.

20

No es del caso referir las guerras civiles que Evao y Sisebuto, hi–

fos del Rey Witizá antecesor de

D.

Rodrigo suscitaron contra éste, que

babia subido al trono por consejo del Senado llamando como auxtlia–

res las armas del Califa Walid ; ni entrar en la diseusion de la fabula de la

Cahba

y

otros hechos, que pertenecen

á

nuestra historia, por no ser de este

lugar: su conocimiento es sin embargo provechoso

á

los que cultiven la

erudicion

arabzgo-e.spa1í0la

aunque ci-fían su estudio á la etimología

é

in–

teligencia de las dos lenguas por haber machas palábtas bilingües que

traen origen de ambas.

2

r

Volviendo al proposito ; el autor del dialogo de las lenguas reim–

preso por

D.

Gregorio Mayans (

r

2)

ea sus

ongenes

de la lengua espa–

ño-

bre la poesia castellana

al tiempo en qtie Na.

sarresu prologo

á

solicitud del Cardenal

D~

Sil–

vio Valenti. Asi en esta obra que salió póstu–

ma y sin que

el

autor Je diese la ultima lima,

como en otras much;is que dexó ineditas, re–

curre con frecuencia aquel sabio Benedictino

á

la lengua atabe para aclarar muchos puntos asi

de la antigüedad como de l:i historia natur:il

y

geografia de España , conociendo que sin este

auxilio no puede hacer grandes progresos el

literato español. A esto sin duda,

á

los origenes

de D. Gregorio Mayans , y

á

las

riflc.cíimes

rn.

s. de D . J osef Manuel Coho de la Torre,

que tambien se escribieron en aquella epoca,

alude Nasarre en la aplicacion que supone

á

aquel genero de literatura

Esta se ha adelantado con mayor extension

en el presente)( anterior reynado.

e

I1)

De( decir: K asis el Motrfo

j

esto es:

i,.:;\v-1z-"'

u '

ii

1\

que qt!iere decir elSacerdote ó Prelado Metro–

politano: de cuyos esGritos habla

largamenr~

D.

josefRodriguez de Castro e11 el tom.

2

de su

B iblioteca de los Escritores espaiíoles

siglo IX

desde la pag. 453

á

465.

No se ha descubierto todavía la version ara·

biga de la sagrada escritura del Metropolitano

de Sevilla Juan , pero sí la version arabe del

rnerpo de canones de que se ha dado noticia

mas arriba.

Es

vetdad que en

el

m. s. del Escorial no

consta quién fuese el verdadero traductor de

aquella cóleccion en arabe; dependiendo esta

ébscuridad de estar malrrarado en sus princi–

pios el original, por no ser verosimil se omitiese

nna noticia tan esencial habiendose puesto el

nombre Clel amanueilse

Vicente

y el del Obispo

Daniel

por cuya diligencia se trasladó,

Esta falta solo puede repararse si la ulte–

rior diligencia descubriere algun otro m. s. de

esta preciosa'obra , y entre tanto no es violen–

to inferir sea aquella coleccion la misma que 'rra–

duxo el Metropolitano de Sevilla

J

uon.

(12)

Mayans en

susOrigenes

tom. r,pag.

27 , rdiriendose

á

Alvaro Cordobés y

á

su len–

gua-