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DIS CU R S O
Almohades de Africa, que pretetíd·iendo sucederá los Califas pusieron á los
mas de estos Régulos baxo de su yugo en calidad de vasallos,ó tributarios.
Entre tanto respirando los christianos fueron consolidando el reyno
de Asturias , extendiendole
á
Gálicia , Leon , Portugal
y
las Mon-
~ñ~. .
.
r
Se erigió
el
Co·ndado de Castilfa, despues Reyno
~
el
de Navarra ,
y
Aragon, é insensiblemente adquirieron aquellos Estados la superioridad
sobre los arabes, que en nuestras histotias conotemos eón
el
dictado de
mo–
ros,
por 11aber entrado en España desde la Mauritania. La batalla de las
Navas decidió para siempre la superioridad de los españoles contra los ara–
bes en el año de
121 2.
Los Régulos moros y sus vasallos, ya como aliados, ya como enemi–
gos contrataban con los nuestros. Estos iban á estudiar
á
Cordoba las cien–
crns naturales y exactas; y conw en aquella ciudad y en otras dominadas por
los arabes
flo~ecian
las_
letras, de aquí resultaba un trato diario y recíproco
entre españoles y moros , y la necesidad de entender y estudiar la lengua
arabiga, que era general
y
comun entre los ultimos, y de que tambien usa–
ban los españoles tributarios,
ó
cautivos, que viviam en sus tierras. Fue
consiguiente la necesidad de trasladar en aquella lengua los libros sagrados
y
eclesiasticos para el uso de los
nzuzarabes:
esto es los christianos tributa–
rios arraigados en las provincias dominadas por los m:oros ó arabes.
SECCION I
Progresos de la lengua arabi'ga,y su uso en España.
Al paso que en España fue declinando el poder de los moros, se ex–
tendía notablemente·en .Asia el arabe por ser la lengua que todos los maho–
metanos usan en sus ritos
y
secta; y de los pequeños principios en que sub–
sistió hasta el siglo VII, como va dicho , se ha ido dilatando sobre la su–
perfieie de la tierra tanto como la lengua romana
y
griega.
2
Aunque respecto á nosotros es ya la arabiga lengua muerta, son muchas
las memorias antiguas es(;:ritas· en ella, á que necesariamente deben recur–
rir los hombres literatos, conservadas asi en las inscripciones esculpidas en
caracteres cúficos, que se encuentran freqüentemente en los edificios y lá–
pidas antiguas de muchas de nuestras provincias é islas adyacentes; ya en
las monedas que todos los dias se descubren de los Califas y Régulos que do–
minaron en España ; ya en escrituras particulares, y ya finalmente en los li–
bros escritos por-los arabes en todas partes desde el año
-6
2 2
de Christo en
el qua! empieza el año primero de la hegira (
2 ),
ó fuga de Mahometo, que
es la epoca por donde los musulmanes cuentan constantemente desde en-
\
ton-
(2)
D e la hegifa ó cronologia de los ara-
con alguna mayor correccion
y
diligencia el P.
bes escribió mi. tratado y tablas
el
docto P. Fr. Henrique Florez.
Juan de Marian\., que posteriormente publicó