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NOTAS.-:--

niendo la

aJ!umcia en ,¡decir

entre las pren–

das o calidádes del animo , de que va ha–

blando ; pero aunque la lengua

forrn~

las

palabras , el corazon es

uien las dicta. En–

tre los Hebreos era proverbio :

Ex abundan–

tin cordis os loquitur ,

y corno tal lo traen S.

Mateo

XII.

34.

y

S.

L ucas

VI.

45·

6

Pag.

10.

l. 7.

.A

los R eyes:: la ••i1·tud

ogena les causa

sobresaltos :

aliena virtus far–

midolosa cst.

La aversion a los Reyes era la

primera rnaxirna , y por decirlo asi , la le–

che con que se criaban los Romanos desde

la expulsion de Tarquinio. A la verdad en

tiempo de D orniciano, para perder a alguno

bastaba alabarle , corno nos dice

Tacita

en

la vida de Julio Agricola cerca del fin :

pes–

simum inimicorum genus , laudantes.

Pero la

proposicion de nuestro Autor es demasiado

general. El caso es, que el Pueblo Romano

en lo mejor de su libertad, no percibia los

frutos

de

ella , contentandose con el soni–

do de esta

voz

;

y por no sugetarse al go–

vierno de un Rei , tenia que sufrir a mu–

chos tiranos. Dicelo el mismo Sa!ustio en

la pag. 26. c. 2.

Postquam R esp. in pauco–

rum potentium ius atque ditionem concessit

;

y

aun mas claro en la 169. c.

r.

Paucorum

arbitrio domi bellique agitabatur: penes eosdem

terarium

,

provincia:

,

magistratus

,

tríum–

phi : : : populus militiá

,

atque inopia urgeba–

tur.

Ni era menos temible para los Repu–

blicanos el credito de algunos sugetos , que

para los Reyes : porque a poco que desco–

llase un Ciudadano entre los <lemas , se le

echaba de su patria , con pretexto de que

queria alzarse con ella. Esto perdio a Tibe–

rio Graco :

quem regnum parare aiebant,

como

en la pag. 149· c.

1 ;

y despues a su hermano

Cayo :

eadem ingredientem

pag.

170.

c.

r.

a

M arco Fulvio Flaco , y a otros muchos.

Esto introduxo en Atenas el

Ostracismo

,

y

a su irnitacion el

Petalismo

en Siracusa , cu–

yas leyes, y el modo con que se votaba quan–

do trataban de desterrar a algun Ciudadano

acreditado , pueden verse en

Diodoro Simio

Lib. x1. pag. 270. y 286.

7

Pag.

12.

l.

5.

L ojusto, y lo bueno.

Sa–

lustio :

lus bonumque.

Entiendo por esto:

el

sumo rigor:

el

sumo derecho ,

que solia ser

suma injuria,

corno lo llamo

Ciceron

I.

Off.

33. y la

equidad natural ,

que se deposito

despues en los Pretores , y por eso se llamo

Pretoria.

D anos de esta un exernplo ilustre

Livio

en el caso de

H oracio

el vencedor de

los

Curiacios

,

el

%'<-1

con el enfado de que

su her¡nana llorásé ·al uno de ellos , con

quien estaba tratada de casar , la

atr~veso

con su espada, diciendola :

que se Jime a/la

con su esposo

;

y corno por esto estuviese pa–

ra ser ahorcado, por disponerlo asi la lei:

el Pueblo le absolvio por una especie de

equidad , en atencion a su merecimiento y

su valor :

admirntione magis virtutis

,

quam

iure caussce.

Lib.

l.

c. 26.

8

Pag.

12.

l.

17·

y sig.

D esamparaban

las vanderas

,

y cedian su lugar al enemigo.

Esto lo expresa Salustio por :

cedere ausi

erant

;

y para

ceder

no es menester

osadia,

ni

determinacion.

·Pero

da

con eso a enten–

der el pundonor de los soldados Romanos,

en el mismo sentido que quando en Espa–

ñol se reconviene a un hombre honrado por

su demasiado sufrimiento, diciendole en to–

no de adrniracion :

que haya havido valor

para sufrir!

9

Pag. 13·

l.

l l.

y sig.

L as riquezas que

no debieran desear.

Salustio :

optmzdce aliis.

Esto es, segun yo entiendo :

las riquezas

a

que debieran los R omanos ser superiores

,

y

dexar que las apeteciesen otros;

porque poco

despues hablando del dinero, dice pag.

14.

c.

2.

quam

(

pecuniam)

nemo unquam sa–

piens concupivit.

Qyisiera Salustio a sus Ro–

manos mas cuerdos , y pudiera a la verdad

haverles dado él mismo mejor exernplo. Asi

entienden este lugar

L. llala

,

B. Zanchio,

y

f/.

Castilion ;

aunque muchos quieren que:

optandce aliis

,

sea lo mismo que :

tan ape–

tecibles para otros.

10

Pag. 14.

l.

7. y sig.

Pero al prin–

cipio mas estrago que la avaricia hizo en aque–

llos animas la ambician.

Salustio:

Sedprimo ma–

gis ambitio

,

quam a·varitia animos hominum

exercebat.

En la pag. antecedente c.

r.

y

2.

havia dicho:

lgitur primo pecunice

,

dein im–

perii cupido crevit;

cuyos lugares parece a la

primera vista que se contradigan. No hai

contradicion. La avaricia entro primero , pe–

ro la arnbicion hizo mas estrago : aquella

cornenzo antes , esta fue mas poderosa , y

la que ocupo de lleno los anirnos de los

Romanos.

r

l

Pag. 14.

l.

9.

L a ambician que, aun·

que vicio

,

no dista tanto de la virtud.

Sa.lus–

tio:

!!¿uod lamen viti);m propius virtutem eral.

Ningun vicio , hablando con propriedad,