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<
Esa parte de
la
Memoria desvanece el error, mostrando que lo que llama
política Tejedor, es política Argentino elevada y
leal para con el pueblo
Oriental, su vecino y amigo, á menos que se empeñe en juzgarse por los
comentarios de partidario que hace por su esclusiva cuenta el Sr. L erena
en la carta publicada, etc.•
>
Aunque lamento que esa carta confidencial h aya visto la lu z pública, no
tengo motivo para retirar ninguno de sus conceptos.
H ombre de ideas tem–
pladas y razonables, soy incapaz de comentarios exagerados aunque pudieran
venir á favorecer mis aspiraciones de partidario, y lo seria much o mas tratán–
dose de negocios en que tomaba participacion el Dr. Tejedor, uno de los
caracteres mas hidalgos del pueblo Argentino.
>
Yo he dicho y sostengo que el Gobierno Argentico fu é el que inició la
pacificacion de mi país; que en tal concepto el Ministro Tejedor se dirigió al
General Aparicio deseando conocer los propósitos de la Revolucion,
á
fin de
poder arribar
á
un arreglo de paz; y, pude h aber agregado en corroboracion
de qua la política Tojedor
es po lítz"ca Argentina,
que el Sr. Presidente Sar–
miento se había diri gido con el mismo fin al Sr. General Batlle, dando por resul.
tado todo esto, la
aceptacion
de la benévola iniciativa de aquellos distinguidos
personaj es.
>
¿Qué otra cosa importa en el penúltimo párrafo de la publicacion que ha
mandado hacer el Sr. Villegas, bajo el título de 1-.lfediacion en el Estado Orien·
tal, sino lo mismo que con tiene mi carta?- Procúresc, pues, ese
ca~allero
la co.
rrespondencia de los Sres. Sarmiento y T ej edor, y se convencerá que nada he
aventurado por mi parte en calidad de
par tülar io.
• Por el contrario, esta calidad no me desobliga de los deberes que me im·
pone el honor, tratándose de cosas y <le p ersonas como el Sr Dr. Tejedor, y
en prueba de ello se h allará en la correspondencia
interceptada cópia de carta
dirigidaá mi h ijo, fechada en San Isidro á 28 de Jun io que contiene los párra·
fos siguientes:
>
Ahora, abordando el grave asunto de
tu
mision, yo opino que,
á la
altura que h an llegado las cosas, (pacificacion Osorio)
la debes dar por con·
cluida, regresando sin demora, vista
la
imposibilidad cada dia mayor de in·
corporarte al ejército.>
>
obleza obliga!-Y esa carta que te fué confiada
(la del Dr. Tejedor)
por consideraciones personales, no puede ni debe jugar un
rol
sino muy
digno del que la suscribe.
Lo mas propio es
devolverla intacta,
propicián –
dose asi el aprecio del amigo, etc.•
> Ya vé el Sr. Villegas que sé preferir mi deber de caballero al alto honor
de poseer un documento de tanta importancia.
>
Mon tevideo, Julio 27 de 1871.
A.veHno L er ena.
(
1 )
(l )
Estos arreglos de
paz,
iniciados por el Gobierno Argentino, fueron los que trajeron
la
mbion Osario, terminando, para empezar despues, cuando
fracasó aquella mision.
La
cor–
respondencia sostenida entre los Gobiernos ...l.rgentino, Oriental
y
Brasilc.rocon ei'.te motivo,