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Dª Luisa del Castillo de Lapucnte, y las madres de los Estom–

ba y de los Silva y Antuña.

Las señoras de Urtubey , Valdez y Dª Rosaura Antuña de

Silva, particularmente, desempeñaron comision es tan dificiles

y peligrosas qu e muchos hombres, quizas, no se hubi eran

atrevido á ll e var á cabo; mereciendo mas de una vez, por esta

causa, ser objeto de persecuciones policiales.

Mencionaremos solamente un hecho para demostrar el arrojo

de estas decididas n¡icionalistas. Estaba la revolucion en su

período álgido;

siendo, por

lo tanto, peligrosísimo preten.

der burlar al gobierno. Pero nuestras heminas no reparaban

en los peligros. Se encontraba en las playas de Montevideo un

pailebot cargado por ellas con armas y otros útiles de guerra:

se les avisa que habian sido descubiertas; pues no hay mas, se

dijeron, que tomar una resolucion valiente para salvar la situa-

. cion. Resueltas á todo, s e dirijen á la playa inmediatamente;

una vez allí estudian el asunto y piensan que no hay otro reme–

dio que sobornar á los vigilantes que están de servicio en aquel

punto y verificar en seguida el desembarco . Pues pensarlo y

hacerlo: sobornan á los

incorruptibles

guardianes y ellas mis–

mas, personalmente, ayudadas de los marineros y sin reparar

que se mojaban sus delicados pies y estropeaban sus ri cos tra–

jes, practican en un momento el desembarque y conducen todo

á lugar seguro, burlando de esta manera á sus perseguidores.

Como uno de los mejores

specimen

para probar la clase de

literatura que usaban los jefes del Gobierno de Batlle cuando

hablaban de los r evolucionarios, y por tratarse del personaje

que firma la comunicacion, trascribimos á continuacion el si–

guiente parte:

e

l'aysandú, Junio ro de 1870.

>

Mi estimado amigo: Como me intereso en que Vd. tenga y esté al cor.

riente de los sucesos que actualmente se ¿esarrollan en nuestro pais, me apre–

suro á comunicarle que al fin

tenemos en este departamento y á catorce leguas

de este punto, dos partidas enemigas al mando de Enrique Olivera, que hace

poco se

apretó el gorro

de entre nosotros. Esto es un bien para nuestro

partido, pues lo que deseamos es que este ejército se componga de •puros• .

Por lo demás, Colman ya marchó encargado de ahuyentar esa

sabandija.

Por hoy no tengo mas que comunicarle.

>

S. S. y afectísimo. •

Francisco Belen.