Table of Contents Table of Contents
Previous Page  301 / 840 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 301 / 840 Next Page
Page Background

- 251 -

que realizaban sus amenaza , tratan d e salir del rancho antes

que se prendiera fuego, jugando el todo por el todo, y asi lo

hicieron colocando en el medio á la mujer y á los dos niños,

uno de 7 y otro de 5 años de edad, que los llevaba la madre

uno de cada mano, y en este órden, armados los dos con pis–

tola y daga, abrieron de golpe la puerta y se precipitaron al

campo. Pero el enemigo que esperaba su salida, estaba e n

guardia con sus rifles preparados para hacer fuego coRtra los

que tenian que salir de allí forzosamente, s inó querian quemar –

se; asi fué que en cuanto asomaron

á

la puerta, los recibieron

con una descarga cerrada, de tan horribles consecuencias, que

vino á cortar d os vidas inocentes, la del amigo del oficial y la de

su hijo mayor. La mujer huyó despavorida al oir las detona–

ciones de los rifles y presenciar la muerte de su hijo, sin darse

cuenta dt:: lo que hacia y abandonando

á

su otro hijo y á su

marido, que no pudo seguirla porque fué inmediatamente

rodeado de toda la partida.

Al verse en esta situacion espantosa, no tuvo límites la deses–

peracion y la cólera del infeliz nacionalista.

Acometiendo á sus enemigos, no como hombre sino como

una fiera, pudo librarse del cerco que le forma.ron, hiri endo á

ano y á otro y á todos. Pero µna vez afuera y siempre seguido

y acosado por todas partes, no pudo encontrar á su mujer ni á

su hijo , y teniendo sier:npre que huir para salvarse de los golpes

que le tiraban, se resolvió huir hácia el monte, donde llegó

acosado como fiera por una jauria de perros, jadeante, sin

fuerzas, completamente desmayado; pero consiguiendo salvar–

se al fin.

A su pobre mujer, la tomaron aquellos bárbaros y sin respe–

tar su dolor inmenso, la forzaron é hi cieron atrocidades con

ella, abandonándola despues á su suerte ingrata .

Este oficial, poco ti empo d espues se presentó á servir al

ejército revolucionario h allándose actualmente emigrado en

Entre-Rios, en compañia del hijito que salvó de aquella catás–

trofe. Su mujer, no pudiendo resistirá lo horrible de su desgra–

cia, falleció á los pocos dias del suceso.

Con relacion

á

los trabajos efectuados para la pacificacion

del país, existe un hecho digno de ser conocido, que contri-

1s