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el espectáculo bochornoso, que ofrecía entonces nuestra desgra–
ciada nacionalidad.
Si á estas causas fundadas de malestar y profundo desconten–
to, se agrega ademas el origen espureo del gobierno', nacido no
del voto popular, sino por trasmision hecha sin b eneficio de in–
ventario por la administracion que fu é colocada en el poder por
el estrangero invasor, se comprend erá bien cuanta r esisten–
cias debia hallar en la mayoría del pais el órden de cosas existen–
te en aquella fecha.
Ya hemos mencionado como merced á la ayuda r ecibida del
Imperio del Brasil obtuvo el triunfo la r evolucion del General
Flores, acto que ha merecido y merecerá siempre la mas t ermi–
nante condenacion de todos los buenos orientales y ahora nos
vemos obligados á historiar, aunque sea á la ligera, la causa
que dieron márgen á esa alianza ó mas propiamente á la triple
alianza entre aqúellos y el gobierno unitario del General don
Bartolomé Mitre, entonces Presidente de la República Argen–
tina.
Tenia pendiente el Brasil desde tiempo anterior una cue tion
de límites con la República del Parag uay, pr etendiendo el p ri–
mero, como ha tratado siempre de proceder en estos asunto ,
absorber una parte del territorio vecino, á lo cual se negaba
el gobierno paraguayo alegando sus derechos á la propiedad
del territorio en cuestion.
En 1857, despues de varias gestiones diplomáti cas entre Jos
dos países, sin resultado alg uno, cr eyendo imponer se el Brasil
con una actitud enérgica, mandóle un
ultimatum
á su contrario,
enviándole al mismo tiempo la escuadra para atemorizarlo.
Pero el gobierno paraguayo no se intimidó por estas amena–
zas, r echazando siempr e las pretensiones brasileras que no
consideraba justas. E l Brasil, ante esa actitud, trató de volver
sobr e sus pasos, reabriendo nuevamente negociaciones diplo–
máticas y propuso un aplazamiento de seis años, dejando n
statu quo
las cuestiones pendientes, cuya propos icion fu é acep–
tada por el Paraguay.
¿Qué idea pudo haber impulsado al Brasil á proponer e te
aplazamiento, despues de llevar sus reclamaciones hasta el estre–
mo de no quedarle mas r ecurso decorºoso que la g uerra inmedia–
ta?
Sencillamente porque no estaba en condiciones de declararla
)
pues en raso contrario lo hubi era hecho incontinenti, convi-