INTRODUCCION
I
No sabemos de que manera será ap reciado nuestro modesto
trabaj o. Ignoramos si se le considerará útil, ó si hab rá qui en u–
ponga que solo ser virá para r eavivar el fu ego de las pasione po–
líticas en nuestropais, aún cuando creemos que hacen muchafal–
ta las obras de est a índole, destinadas á poner en claro los he–
chos históricos que se han producido en el agitado período de
vida independiente que lleva la nacionalidad oriental.
Hay mucha g ente que piensa cuando se trata de cuestiones re–
lacionadas con los partidos tradicionales, que ellas deben ser re–
legadas al olvido ó ser implacabl emente condenadas á perpétuo
silencio, como si fu era posible desconocer que las enseñanzas
del pasado tienen que ser vir de fu erza moderadora para marcar
nuevos rumbos al porvenir de los pueblos y p ara apartarlos de
los errores y de las faltas cometidas en los primeros tiempos de
su existencia autonómica.
· Por otra parte, la lucha entre tendencias antagónicas y entre
opuestos ideales, es siempre síntoma inequívoco de vida libre
y
r egular en toda nacion, cuyos ciudadanos, ejercitando s u accion
al amparo de las instituciones, hacen uso legítimo de sus fac ulta–
des para satisfacer propósitos encaminados al benefi cio
y
prove–
cho de la comunidad, ó se lanzan en guerra p ara reconqui star el
goce de sus derechos desconocidos, como s ucedió en la época
cuyos acontecimientos vamos á narrar.