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LORD MACAULAY.
traordinario que el fanati smo haya podido cegai: de
tal modo
á
alg·unos hombres que les hiciera pensar
en poner en el trono
á
quien era uuiversalmentc co–
nocido por bastardo y papista. No parece probable
que el Rey haya abrigado nunca designio tan ab–
surdo. El mancebo, sin embargo, fué reconocido, pro–
digándosele cuantas distinciones puede recibir un
súbdito que no es de sangre real. Había sido creado
Duque de Berwick y
á
la sazón le colmaron de bon -
rosos
y
lucrativos empleos que antes tenían aquellos
nobles que se negaron
á
cumplir las órdenes del Rey.
Sucedió at Conde de Oxford en su cargo de coronel
de los Azules y al Conde de Gainsborough como
lugarteniente del Hampshire , intendente de
ew
Fore
ty
gobernador dePortsmouth. Berwick esperaba
ser recibido en la frontera del Hampshire, según era
antig·ua costumbre, por una larga cabalgata de baro–
nes, caballeros
y
squires; pero ni una sola persona de
·cuenta se presentó
á
darle la bienvenida. Despachó
entonces cartas ordenando
á
los individuos de la
gen–
.fry
que se prese ntasen á rendirle homenaj e
, pero sólo
cinco ó seis hicieron caso de sus mandatos. I.os demás
no esperaron
á
ser despedidos, y declarando que no
tomarían parte en la administración civil ni militar
de su condado mientras la persona del Rey estuviera
r epresentada por un papista, presentaron voluntaria
dimisión de sus cargos
(1).
Sunderland, que babi?. sido nombrado lugarte–
niente del Warwickshire en reemplazo del Conde de
1Northampton,encontró medio hábil para no irá arros–
trar la indignación y desprecio de ·la
gent?·y
de aquel
·Condado, y su excusa fué admitida con tanta más
fa–
cilidad, cuanto que ya el Rey, por este tiempo, empe-
(i)
Citters, febrero 3 (l3), 1688.