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LORD MACAULAY.
diendo la causa de la monarq.uía hereditaria, á 'pesar
de todas las faltas del Monarca.
Numeroso y respetable era el partido animado de·
tales sentimientos. Comprendía la mitad de la Cáma–
ra de los Lores, próximamente una tercera parte de–
las de los Comunes, la mayoría de los caballeros del
campo
y
por lo menos nueve décimas partes del clero;.
pero estaba quebrantado por las disensiones y rodea–
do por todas partes de dificultades.
XXIX.
PLAN DE SHERLOCK.
Una fracción de este gran partido, fracción espe–
cialmente fuerte entre los teólogos y cuyo principal
órgano era Sherlock, deseaba que se entablase una
negociación con Jacobo y que se le invitase á re–
gresar
a
Whitehall, en condiciones que p,lenamente
asegurasen la constitución civil y eclesiástica del
Reino (1). Es evidente que este plan, aunque sosteni–
do enérg icamente por, el clero, estaba en completa.
oposición con las doctrinas que
el mismo
clero había
estado enseñando durante muchos años. Era, en reali–
dad, una tentativa para adoptar un término medio
donde no había lugar á términos medios; de efectuai–
una transacción entre dos cosas que en modo alguno
la admitían: la resistencia y la sumisión.
Habíans~
,encastillado anteriormente los toríes en el principio
de la completa sumisión, pero la mayor parte de ellos.
(1) Véase el folleto titulado:
Carta
á
mi
individuo cte ta Coi<–
'l!ención,
y
la
Respuesta,
1689; Burnet,
1,
809.