428
LORD MACAULAY.
didatos, buenos protestantes
á
quienes estaban decidi–
dos
á
hacer triunfar, á despecho del Rey y del lord
Lugarteniente; y estos candidatos fueron elegidos
ahora sin oposición.
El Príncipe dió las órdenes más severas, para que
ningún individuo del Gobierno pusiera en práctica.
en esta ocasión, aquellas artes que tanto habían des–
acreditado las anteriores elecciones. Mandó, especial–
mente, que no se pei·mitiera la presencia de ningún
.soldado en las ciudades donde se verificaban las elec–
ciones
(1) .
Sus admirado1;es pudieron alabarse, sin
.que
á
sus enemigos fuera dado negarlo, que se había
cumplido legalmente la voluntad del cuerpo electo–
ral. Cierto que el Príncipe arriesgaba muy poco. El
.partido que le era afecto estaba triunfante, lleno de
entusiasmo, de vida
y.deenergía. El partido de quien
sólo podía esperar seria oposición, estaba desunido y
desalc;mtado, irritado consigo mismo y aun más irri–
.tado con su jefe natural. Los whigs tuvieron, pues,
gran mayoría en los condados
y
distritos.
XXVII.
ASUNTOS DE ESCOCIA.
No sólo se extendía
á
Inglaterra la vigilancia de
.Guillermo. Habíase levantado Escocia contra sus ti–
ranos. Todas las tropas regulares que por largo tiem–
po la habían tenido sujeta
á
Jacobo, habian sido lla–
madas por éste para hacer frente
á
la invasión hola–
<lenStL,
á
excepción de un pequeño cuerpo que,
á
las
-Ordenes del Duque de Gordon, poderoso lord católico,
guarnecía el castillo de Edimburgo. Todos los correos
(1)
qaceta de Londres.
enero
7, 1688-89.