REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
4-2I
XXVI.
ELÍGENSE LOS MIEMBROS DE LA CONVENCIÓN.
Al siguiente día fueron elegidos los primeros indi–
viduos de la Convención . Tomó la iniciativa la ciudad'
de Londres, y fueron elegidos, sin lucha, cuatro opu–
lentos comerciantes, muy conocidos por sus ideas
whigs. El Rey y sus partidarios esperaban que mu–
chos funcionarios electorales
(Retu11iing o/jice1·s)
con–
siderarian nulo el edicto del Principe; pero si a.limen·
tabao tal esperanza, el desengaño no pudo ser más.
completo. Las elecciones se hicieron con gran rapi–
dez y sin el menor obstáculo. Apenas hubo
lucha~
porque la nación, desde más de un año antes, espe–
raba con gran ansiedad la r euniór. de un Parlamento_
Dos veces se hablan publicado los edictos para las
elecciones, y las dos veces se ho.bian recogido. Algu–
nos cuerpos constituyentes, cumpliendo
aq~ellos
edictos, procedieron ahora á la elección de represen–
tantes. Apenas babia un Condado donde
lagenl1¡¡
y los
pequeños propietarios no hubieran acordado, desde.
muchos meses antes, quiénes habían de ser sus can ·
hem, Kruist hem. zyn.. Witseo. MS. en Wagenaar,
lilJ.
LX1.-E1t
extraña coincidencia que,
po~os
años antes, Ricnrdo Ouke, poeta
tory, muy conocido en otro tiempo, aunque hoy apenas se recuer–
de su nombre como no sea en el bosquejo biográfico de
Johstone~
hay>L empleado exactamente ln misma frase nludiendo
á
Jacobo:
•Was not of old the Jewish rabble's <:ry,
Hosannah ftrst, and after crucify!•
La Reuísta.
Despacho cte los Embajadores extraordlinarios de llolanda,
eoe–
J'O
a
(19). 1689; Cittere, en igual fecha .