REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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i ngenio agudo
y
delicado peculiar de su nación
y
de
su clase. Eran sus opiniones favorables
á
María. P.are–
cíales , u persona agradable
y
su couducta digna
y
decorosa; respetaban su valor
y
su maternal cariño,
y
lamentaban su mala fortuna. Pero Jacobo les inspiraba
el mayor desprecio. Disg·ustábalos su insensibilidad,
la manera trivial con que .hablaba
á
todo el mundo de
su ruina, y el infantil place r con qne gozaba de la
pompa
y
lujo de V rsall es. Atribuíase tan extraña
ttpatía, no
á
reli giosidad ni
á
resig·nación filosófica,
sino
ó.
estupidez
y
bitjeza de espiritu,
y
so advertia
que todo el que tuviera el honor de oir de labios de
:
M. Británica la relación de su calda, no podb ad–
mirarse de que él so hallase en ._aint-Germain mieu–
t ras su yerno estaba en Saint-James (1).
XXV.
iE
TADO DE LA OPI
IÓN EN LAS PROVINCIA UNIDAS .
Mayor aún que en Francia fué la emoción produ–
<lida en lEP.3 Provincia
nidas por las noticias lle–
gada do Inglaterra. Era este el momento en que la
federación bátava tocaba al apogeo de su gloria
y
poderío. Grande había sido la an iedad, en toda la ne–
<lión holandesa, desde el dia en que la expedición se
hizo
á
la mar. unca había sido tan gTande la afluen–
<lia de gente en las iglesias; nunca tan ardiente ol
entusiasmo de los pre<iicadores. Los habitantes del
Haya, sin poder contenerse, insultuban á Albeville.
(1)
Mi relación del recibimiento hecho
á
Jacobo
y
á
sn esposa
~n
Francia está tomada. priccipalmente, de las
cartas de Maáa–
mo
de évigné
y de las
JUemor.fas
de Dangeau.