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LORD MACAULAY.
antes podla, con fundamento, haber esperado apode–
rarse de Flandes y dar leyes
á
Alemania. Al presente..
se podría dar por muy contento, si lograba defender
sus fronteras contra una confederación tal, como no
se habla visto en Europa desde hacía muchos siglos.
De esta situación tan nueva, tan embarazosa, tan
alarmante, sólo pod.ría sacarle una contrarrevolución·
ó una guerra civil en las Islas Británicas.Vióse, pues,
obligado- por Ir.. ambición
y
Qi
temor
á
abrazar la
causa de la dinastía calda; y la justicia obliga
á
aña–
dir que al tomar esta medida cedía
á
impulsos más
nobles que la ambición 6 el temor. Era su corazón
naturalmente compasivo,
y
la ocasión presente no–
podla menos de haber excitado su compasión . Su
alto cargo había impedido
á
sus buenos sentimiento
desarrollarse plenamente. La simpatía rara vez es–
muy honda allí donde hay gran desigualdad de con–
dición, y él se veía tan alto sobre el común de sus se–
mejantes, que sus desdichas sólo le inspiraban débil
conmiseración, semejante á la que suelen causarno&
los sufrimientos de animal es inferiores, el hambre de–
un petirrojo ó los padecimientos de un caballo atrope–
llado. La devastación del Palatinado y la persecución
de los hugonotes, no le hablan producido inquietud
tan grande, que el orgullo ó el fanatismo no la hu–
bieran podido vencer. Y asi, toda la ternura de que·
era capaz, se manifestó ante la miseria d& un gran
Rey
á
quien, alg unas semanas antes, servían Lores
de rodillas, y que se veía reducido ahora
á
la triste
eondición de pobre desterrado. Uníase
á
este senti–
miento en el alma de Luis, cierta vanidad que no se
puede calificar de innoble. Proponiase presentar al
mundo un modelo de munificenciay cortesía, mos–
trapdo
á
la humanidad cuál debe ser la conducta de
un perfecto caballero, en el apogeo de Ja fortuna
y
en