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LORD MACAULAY
XXI.
SU POLÍTICA TOLERANTE.
En muy pocos días terminó la confusión producida
por la llegada de los invasores, la insurrección, la fuga
de Jacoboyla suspensión de todo gobierno regular,
y
la nación recobró nuevamente su aspecto ordinario.
Atendióse, ante todo,
á
la seguridad general, y aún
las clases que mayor odio inspiraban al público y que
con más razón podían temer ser perseguidas, se ha–
llaban bajo la protección de la política clemencia del
vencedor. Personas que habian tomado parte muy
activa en las ilegalidartes del anterior reinado, no sól<>
podían recorrer las calles con toda seguridad, sino
tambien se presentaban candidatos para la Conven–
ción. Mulgrave no fué mal recibido en Saint James.
Levantóse el arresto
á
Feversham,
y
se 1e permitió–
recobrar el único empleo que podía desempeñar,
á
saber, el de banquero en la mesa de juego de Ja Reina
viuda. Pero nadie debía estar•tan agradecido
á
Gui–
llermo como los católicos. No hubiera sido prudente
rescindir con formalidad las severas resoluciones .
adoptadas por los Pares contra los partidarios de una
religión aborrecida generalmente en el país; pero g ra–
cias
á
la prudencia y humanidad del Príncipe, aque–
llas resoluciones fueron prácticamente anuladas. En
el trayecto de Torbay
á
Londres, habla prohibido todo
ultraje
á
las personas ó moradas de los papistas. Re–
novó ahora aquellas órdenes, encargando á Burnet
velar por que se cumplieran estrictamente. No podía
haber hecho mejor elección, porque Burnet era tan