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REVOLUCIÓN DE INGLATERRA .
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.~onveniente
retirarse
á
toda prisa. El pobre infante
atravesó el Támesis e_n Kingston, y fué conducido
á
Vi7hitehall con tal secreto, que muchos le creían aún
.en Portsmouth (1).
La primera cosa que ahora trató de hacer Jacobo,
.fué enviar sin difación, fuera de Inglater::a, al Prín–
·-Cipe y
á
la Reina. Pero
¡,á
quien había de enr.argarse
-efectuar la fuga'? Darmouth era el más leal de todos los
.toríes protestantes, y Darmouth se había neg·ado. Do–
ver era hechura de los jesuitas, y hasta Dover se ha–
bía mostrado indeciso . No era muy fácil encontrar un
.Inglés de rango y dintinción que quisiera compro–
meterse
á
poner en manos del Rey de Francia al he–
.redero presunto de la Corona de Inglaterra. En tales
..circunstancias, acordóse Jacobo de un noble francés
que á la sazón residía en Londres, Antonino, Conde
de Lauzun. De él se ha dicho que su vida fué más ex–
.traña que los sueños de otros hombres. Muy joven
todavía, alcanzara la intimidad de Luis XIV,
y
le hi –
-cieran esperar los más aHos empleos do la Corona
.francesa. Entonces su fortuna habíase eclipsado de
.pronto. Luis XIV arrojó de su lado al amigo tle la ju–
ventud, cubriéndole de acerbos reproches y no fal-–
.tando mucho,
á
lo que se decía, parn que
l~s
malos
.tratamientos prtsasen de las palabras
á
los -golpes. El
.favorito caído había sido encerrado on una fortaleza;
.mas vuelto nuevamente á la libertad, había disfrutado
.otra vez de las sonrisas de su amo, y logró g·anar el
.corazón de una de las primeras damas de Europa.
.Era ésta, Ana María, hij a de Gastón, Duque de Orl eúas,
_nieta del Rey Enrique IV
y
heredera de los inmensos
(1)
Clarke,
Vida de Jacobo,
n, 231.-Es extr&iío que Burnet no
·'hubiera teniclo noticia 6 hubiera olvidado que el Príncipe había
-tenido que irá Londres.
l.
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