REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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El lunes 10 de diciembre, por la mañana, supo el
Rey que su esposa y su hijo habían empezado el
viaje con muy buenos auspicios de llegar
á
su tlesti–
no. Casi
á
la misma hora llegó un correo
á
Palacio
-con despachos de Hungerford. Si Jacobo hubiera sido
-algo más avisado, ó un por.o menos testarudo, aque-
llos despachos le hubieran inducido
á
cambiar total–
mente de plan. Los comisarios escribía.u llenos de
·esperanza. Las Condiciones propuestas por el vence–
dor eran extraordinariamente liberales. El Rey mis–
mo no pudo menos de exclamar que eran más favora–
bles de lo que él hubiera esperado. Cierto que muy
Jundadamente podía sospecharse que no hablan sido
redactadas con intención amistosa, pero esto no im–
portaba nada; pues l)ien fueran ofrecidas en la espe–
.r!l.'nza de que, aceptándolas, dejase puerta abierta á
,una reconciliación pacífica, 6, como es más probable,
•que al rechazarlas hiciese ver
á
toda la nación que era
·completamente irracional é incorregible, la linea de
-conducta que debía adoptar era igualmente clara. En
ambos .casos debia aceptar inmediatamente las con–
diciones y observarlas con fidelidad.
LXIX.
FUGA DE JACOBO.
Mas bien pronto pudo verse que Guillermo conocia
perfectamente la persona con quien tenia que habér-
.d.'Angleterre,
xt; Madame de Sévigné. dic. 14 (24), 1688; Dangeau,
Mémoirel;,
dic.
13 (23).
Raspeeto
á
Lauzun, véanse
las
JUemorias
de Mademoiselle
y
det Duque de San Simón,
y
los
CM'acteres,
da
Labruyere.