REVOLUCIÓ
DE INGLATERRA.
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mina en
(1 ).
El domingo, 25 de noviembre,
lla y los
que pensaban por ella se vieron precisados á tomar
una resolución inmediata. Aquella tarde ll egó un
correo de alisbury con la noticia de la desaparición
de Cburchi ll y Grafton; que Kirke habia hecho trai–
ción y las tropas real es flstaban en
~ompleta
re–
tirada. Como siempre que se recibian noticias de
importancia, buenas
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malas,. había aquella noche
una inmensa multitud en las galerías de Whiteball.
Leíanse en todos los ro tros la curio idad
é
inquietud.
La Reina prorrumpió en expres10nes de justa indig –
nación contra el .principal traidor, y en modo alguno
perdonó á su parcial señora. Reforzáronse las guar–
rl.ias en la parte del palacio ocupado por Ana. La Prin–
cesa estaba llena de terror. Algunas horas tan sólo y
su padre estaría
en~
estmin ter. o parecía probable
que personalmente la tratase cou severidad, mas tam..:
poco era de esperar que le permitiese gozar por más
tiempo la compañia de su amiga. Era casi seguro que
Sara sería reducida
á
prisión, y se vería sujeta á un
riguroso interrogatorio por severos
y
experimentados
inquisidores. e apoderarían de sus papeles,
y
tal vez
se encontrase materia bastante para poner en peligro
su vida. En tal caso todo era de temer. La ven–
ganza del implacable Rey no hacia distinción de
exos. Por delitos mucho menores que los que proba–
blemente se imputarían á la de Churchill, babia en·
viada mujeres al cadalso
y
á.
la hoguera. La fuerza
de su afecto dió energía al débil carácte1· de la Prin –
cesa. No babia lazo que no estuviera pronta á rom–
per ni pelig ro que no hubiera arrostrado por el ob–
jeto de su idólatra cariño.
«Antes me
CM'roja1-ía
pm·
la
(l) Puede verse la carta, con fecha 18 de noviem)lre. en Dal–
rymple.