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LORD MACAULAY.
el mundo?»
(1) Pareció esta defensa satisfactoria, y con-,
tinuaron pasando noticias secretas del paciente ma–
rido
á
la adúltera, de la adúltera al amante, y por me–
diación de éste
á
los enemigos de Jacobo.
Es muy probable que las primeras seguridades de
apoyo decisivo, por parte de Sund erland, fueron co–
municadas verbalmente por Sidney
á
Guill ermo hacia
mediados de agosto. Es cierto que desde aquel tiempo
hasta que la eApedición estuvo pronta
á
hacerse
á
la
vela, Ja Condesa y su amante sostuvieron muy signi–
ficativa correspondencia, y aun se conservan algunas
~artas
de ladySundei:land escrita parte en cifra. Con–
tienen protestas de buen de!leo y promesas de
~er
vicios mezcladas con las más vehementes súplicas
de protección. Indica la autora que su marido hurá
cuanto puedan desear sus amigos del Haya; supone
que le será necesario ir temporalmente al destierro,
pero abri ga la esperanza de que 'éste no dtp·ará per–
petuamente ni se tocará á su patrimonio, y pide con .
g randes in stancia que le indiquen cuál será el sitio
mejor donde pueda refug iarse su marido , mientras
pasa el primer furor de la tormenta (2) .
(1)
Bonrepa11x
á
eignelay,
julio 1l (21). 1688.
(2) Véanse sus cartas en el
Diario
y
Cor1·e pondmcia de
Sict–
ney
publicados recientemente .
~::r.
Fox en
s11
ejemplar de los
Despachos
de Barillon marcó. el 30 •le agosto N. S. de 1688. ·
indicando ser esto. la fecha en que ya no abrigaba In menor duda
de la traición de Sunderlaod.
·.