REVOLUCION DE INGLATERRA.
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ritu
que la prisión ó el cadalso. Aun podía, pür me–
dio de una traición útil
y
oportuna, ganar el perdón
de los enemigos del Gobierno. En su mano estaba
prestarles, en la OC'.asión presente, servicios de inapre–
ciable valor, porque él mandaba en el ánimo del So –
berano, tenía gran influencia con los de la Cábala
jesuítica, é inspiraba ciega .confianza al Embajador
francés. Tenía también un medio de comunicación,
el cual era dig·no del servicio á
que.seJe iba á dedi–
car. La Condesa de Sunderland e
ra mujei· artificiosa,
la. cual , con apariencia de devoción, que engañaba
á
algunas personas graves, dir:igía con g ran activi–
dad intrig·as amorosas
y
politicas
(1).
El hermoso–
Y
disoluto Enrique
'idney era, desde bacía mucho.
tiempo, su amante favorito. omplacía en extremo
á
su marido el. "lerJa de este modo rP.lacionacla con la
· corte del Haya. Cuando quería trasmitir µn mensaje
secreto
á
Holanda, se lo decía á su mi::j er, ésta es–
cribía á Sidney, y Sidney comun icaba su cai:ta á
Guillermo. Una de estas cartas
fué
interceptada
y
lle–
vada
á
.Jacobo. Protestó ella con gran vehemencia que·
Ja caFta había sido forjada,
y
su marido con caracte–
rística ingenuidad se defendió, diciendo que era de
todo punto imposible que la bajeza de un hombre
llegase hasta hacer lo que él hacía por costumbre.
"Y
.
aun cuando la letra sea de lady Sunderland,
d.ijo,
yo no tengo
la culpa. V.M. conoce mis infoi·tunios domésticos . Las ?"ela·
ciones entre mi mujer y míster Sidney son ya del dominio
público. ¿Quién pod!rá creer q1te yo vaya á toma1· por con"fl–
dente al llombre que lla mancltado mi lwno1· de la manera
más vergonzosa, al hombre á q1tien debo ab01·nce1· más
m~
(l) Compárese lo.que dice Evelyn con lo que acerca de ella es–
cribía al Haya Ja Princesa de Dinamarca, y con sus propias cartaa.
ñ
Enrique Sidney.
TOMO IV.
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