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REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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Los versos
y
el estribillo se apoderaron por completo
de toda la nación. De uno á otro extremo de Ing late -
· rra, todas las clases de la sociedad cantaban constan–
temente la estrafalaria cánción , pero más que nada
hacía las delicias del ejército inglé . Mas de setenta
años después de la revolución, un gran escritor deli–
neaba con exquisita habilidad, el retrato de un vete–
r ano que había peleado en el Boyne y en
amur. Uno
de los rasgos caracterí ticos ciel buen viejo era su
manía de silbar el
Lillibullero
(1).
. Posteriormente, V\'harton se alababa de haber arro–
jado á un rey de tres reinos por medio de una
can~
ción. Pero, eu realidad, el éxito de
Lillióultero
fué
efecto, y no causa, del estado de excitación pública
que produjo la revolución.
XVII.
POLÍTICA DE LAS PROVINCIAS UNIDAS .
El partido holandés' que era favo rable á Francia es –
taba formado por una minoría, la cual, sin embargo,
tenía fuert a suficien te , según la Constitución de la fe–
deración bátava , para impedir que el Estatuder diese
un g ran golpe. Sostener en aquell a minorí a los mismos
sentimientos debía ser el objeto principal al que, si la
Corte de Versalles hubiera obrado con prudencia, de–
biera haber pospuesto, en aquella ocasión, todo lo de-
(l) Hállase la canción de Lillibullero ent re los
Poemas politicos.
En las
Reliq1vias
de Percy puede verse la primera parte, pe ro no
la segunda, añadida después del desembarco <le Guillermo. En el
Ex aminer
y en varios li belos de 1112 se menciona
á
Wharton
como autor de la canción.