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LORD MACAULAY.
provocación que hubieron de sentir aún más viva–
mente. Luis XIV empezó á hacer la g·uerra á su
comercio. Publicó primero un edicto prohibiendo la
importación de arenques en sus dominios. Avaux se
apresuró
á
informará su Corte que esta medida había
producido gran alarma é indignación; que sesenta
mil personas subsistlan de
la
pesca del arenque en
las
Provi~cias
Unidas,
y
que probablemente los Esta–
dos adoptarían alg·urn1 medida enérgica en represa–
lias. Recibió por respuesta que el Rey, no sólo estaba
resuelto
á
persistir en aquella medida, sino también
á aumentar los derechos de muchos artículos en que
Holanda hacía lucrativo comercio con Francia. Con–
secuencia de estos errores, cometidos
1i
despecho de
repetidas adverfencias,
y
según parece, solamente
por mero capricho, fué que ahora cuando la voz de
un solo miembro poderoso de la federación bátava
hubiera podido impedi r un acontecimiento fatal á
toda la política de Luis XIV, tal voz no . llegara
á
oirse. El enviado francés, con toda su habilidad e
esforzó en vano en reunir el partido con cuya ayuda
inutilizara, durante varios años, los esfuerws del Es–
tatuder. La arrog·ancia
y
obstinación del a.:no hicie–
ron perder todo lo conseguido merced
á
los esfuerzos
del servidor.