LORD MACAULAY.
s upersticiosas, á especial disposición de Dios . No era
solo el Rey ele Inglaterra quien, como siempre, se
mostraba estúpido y perverso, sino que aun el enten–
dimiento del político Rey de Francia parecía haberle
abandonado. En cambio, Guillermo despleg·ó toda su
prudencia
y
energía, y aquellos obstáculos que ni la
prudencia ni la energla hubieran podido vencer, sus
mismos enemigos se encarg·aron de apartarlos de su
_paso .
,
VIII.
CONDUCTA DE JACOBO DE PUÉS DEL PROCESO DE LOS
OBISPOS.
El g·ran dia en que fueron absueltos los Obispos y
en que se despachó para el Haya la invitación para
·Guillermo , Jacobo reg resó ele Hounslow á Westmins–
tei· lleno de tristeza
é
inquietud. Por la tarde se esfor–
zó en parecer alegre (1), pero las hoguer s, Jos petar–
dos, y sobre todo los papas de cera que ardían en to–
dos los barrios de Londres, no eran muy
á
propósito
para calmarle. Cuantos le vieron al dla siguiente, con
facilidad pudieron leet· en su rostro
y
en su aspecto
las violentas emociones que agitaban su espíritu (2).
Durante algunos días mostraba tal disgusto , no bien
se mencionaba el proceso, que el mismo Barillon no
.se atrevió
á
hablar del asunto (3).
Pronto pudo verse que la derrota y la mortificación
~l)
Adda, julio 6 (lG), 1688.
(2)
Memorias de Reresby .
(3)
Barillon,
j ulio 2 (12), 1688.