REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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tiempo · indecisa . Cierto que había trabajado con–
tra los Obispos, pero había permitido que sus defen–
sores discutiesen la prerrog·ativa de dispensa. Habla
declarado libelo la petición , pero se babia abstenido
~uidadosamente
de reconocer que la declaración era
leg·al, y en todo el curso del proceso, su lenguaj e
parecía indicar el temor y las 1·eservas, del que no
echa en olvido, que puede llegar un día en que ha de
dar cuenta de su conducta. Tenía, sin duda, incontes–
tables títulos á la indulg·encia real, pues apenas podía
e perarse que hubiera desvergüeµza capaz de inspi–
rar conducta distinta en presencia de tal tribunal
y
tal auditorio. Lo miembros de la Cábala jesuítica
censurab~n,
sin
embarg·o, su falta de valor; el Canci–
ller le calificaba de imbécil,
y
era general la creencia
que se nombraría otro Chief Justice
(1).
PerJ no se
hizo ningún cambio. La yerdad es que no hubiera sido
fácil encontrar quien reemplazase
á
Wrigbt. Los
mu–
chos abog·ados que le eran muy superiores en talento
y saber, casi sin excepción eran hos tiles
:i
los planes
del Gobierno, y los poquísimos que le excedían en
infamia y desvergüenza se encon traban. casi sin ex–
cepción, en las últimas filas de la profesión legal,
y no hubieran sido competentes para dirigir los
trabajos ordinarios del Tribunal del Bancu del Rey.
Es ig·ualmente cierto que Williams reunía todas la
~ualidades
que exigía Jacobo en los mag·istrados.
Pero lo servicios de Williams eran necesarios en el
foro,
y
si se le apartaba de alli, la Corona no hubiera
podido contar ll'i aun con la asistencia de un abogado
de tercer orden.
Nada había sorprendido
y
mortificado tanto al R_ey_,
(l)
Corre pondencia de Etlis.
julio
10, 1688;
Diai·io da C/.aren -
tlon.
agosto
3. 1688.
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