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LORD MACAULAY.
XII.
DESCONTENTO DE LA KGENTRY."
La
genf¡¡·y
se mostraba tan rebelde como el clero.
Los tribunal e de aquel verano ofrecieron en todo el
país un aspecto basta entonces desconocido. Los jue–
ces, antes de emprender sus visitas, habían sido lla–
mados
á
presencia de1 Rey, el cual les había ordenado
inculcar á los grandes jurados y magistrados de todo
el Reino el deber en que estaban de elegi r para el Par–
lamento individuos dispuestos á secundar la política
del Monarca. Los jueces obedecieron, arengaron con
vehemencia contra el clero, cubrieron de insulto
á.
los siete Obispos, calificaron de faccioso libelo la me–
morable petición, criticaron con g ran aspereza el es–
tilo de Saucroft, que en realidad se pre taba
á
la crí–
tica, y declararon que Su Gracia debiera ser azotado
por el Doctor Busby por escribir en tan mal inglés.
Pero el único efecto producido por declamaciones tau
poco decorosas fué aumerit'ar el descontento público.
uprimléronse todas las señales de público respeto
que era costumbre tributar
á
la dignidad judicial
y
á la Comisión .regia. Era antigua usanza que las per-
onas de ilustre cuna y pingüe hacienda cabalgasen
en el séquito del Sheriff, cuando acompañaba
á
los
j ueces
á
la capital del Condado, pero en las actuales
circunstancias era muy dificil formar tal comitiva en
cualquier parte del Reino. Los sucesores de Powell
y
Holloway, en especial, er.an tratados con marcado
desprecio. Habíaseles asig·nado el circuito de Oxford,
y
esperaban que en cada condado saldría á recibirles