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LORD MACAULAY.
City de Londres, la Corona se había reservado el po–
der de destituir
á
los maestros, directores
y
asesores
de todos los g-remios. A consecuencia de esto, más de,
ochocientos ciudadanos de gran cuenta, miembros
todos e!l(ls de aquel partido que había luchado contra,
el bill de exclusión, se vieron par un solo edicto arro–
jarlos de sus empleos. Al poco tiempo apareció todavía
un suplemento
á
aque11a larga lista
(1).
Pero apenas
habían jurado los nuevos empleados, pudo verse que
eran tan d.ifíciles de manejar como sus J)redecesores.
En Newcastle del Tyne los reguladores uombraron
un Mayor católico, al mismo tiempo que designaban
para aldermen á individuos que profesaban la doc–
trina puritana. No se abrig·aba la menor duda de que
la nueva corporación municipal, asi reconstituida• .
votaría una circular prometiendo apoyar las medidas
del Rey. La idea de la circular, sin embargo, fué r e–
chazada. Entonces el Mayor, lleno
d~
ira, se puso en
camino para Londres, y dijo al Rey que los disidentes
eran todos canallas y rebeldes, y que en todo el Mu–
nicipio el Gobierno .sólo podía contar con cuatro vo–
tos (2) . En Reading, veinticuatro aldermen del par–
tido tory fueron destit;1,iidos.
nombrándose otros:
veinticuatro en su lugar. De estos últimos, veíntítrea.
se declararon inmediatamente contrarios á la indul–
gencia, siendo también destituidos
á
su vez (3). En
el espacio de muy pocos !lías el distrito de Yarmouth
se vió gobernado por tres corporaciones distintas,
todas igualf!1ente hostiles á la Corte (4). Estos ejem-
(1)
· Libro del Consejo privado,
setiembre 25, 1681; febrero 21 ,,
1681-88.
(2)
Registros de la Corporación municipal
citados por Brand,,
Jltstoria de Newcastle;
Johnstone, febrero.21, 1687-88.
(8)
1
Johnstone, febrero 21, 1681-88.
(4) Citters, febrero 14 (24), 1688.