Table of Contents Table of Contents
Previous Page  102 / 548 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 102 / 548 Next Page
Page Background

88

LORD MACAULAY.

Pero ¡,cómo llevará cabo este plan? Cierto que en al–

gunas de las nuevas Cartas la Corona se había reser–

vado el derecho de revocación; pero las demás sólo

podían caer en manos de Jacobo ó por ren uncia vo–

luntaria de las mismas corporaciones,

ó

por virtud de

sentencia del Tribunal del Banco del Rey. Pocas cor–

poraciones se mostraban ahora dispuestas á i·enuú–

ciar voluntariamente sus Cartas, y las sentencias del

Banco del Rey que hubieran podido servirá los propó–

sitos del G_obierno, no habia·esperanza de obtenel'las,

aun tratánél.ose de tan vil esclavo como Wrig·ht. 'l'odas

las personas imparciales habían condenado los man–

damientos de

Qua ivM·ranto

(1), lanzados algunos años

antes para vencer al partido whig; y, sin embargo,

aqu~llos

mandamientos tenian al menos apariencia

de justicia, porque eran expedidos contra antiguas

corporaciones municipales , y de éstas eran muy po–

cas las que no tuviesen sobre sí algún abuso come–

tidG en el curso de los años , y suficiente á autori–

zar un proceso judicial. Pero las corporaciones que

ahora sería preciso atacar se

hallab~n

toJavía cu

la inocencia de la niñez. Las más antigua aun no

contaban cinco años de duración, siendo,· por tanto,

imposible que muchas de ellas hubieran cometido de–

litos que mereeiesen ser castigados con la supresión

del deracho electoral. Los mismos jueces encontra–

ban grandes dificultades; objetaron que lo que se les

pedía era diametralmente opuesto á los más vulga–

res principios del derecho y la justicia; pero toda

objeción fué inútil. Los distritos récibieron orden de

renunciar sus Cartas. Pocos obedecieron,

y

la con–

ducta seguida por el Rey con aquellos pocos, no

animó

á

lo demás

á

fiarse de

él.

En algunas ciuda-

(i)

Véase el

Apéndi ce .-(N.

del T.)