REVOLUCIÓN DE INGLATERRA.
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se atrevier an iquiera á murmurar. Roo-er Lestrang·e .
campeón del Gobierno y orácul o del clero, clió la señal
de ataque en el
Observador.
Hízo e una in formacion,
y
Baxter pidió alg ún tiempo para preparar su defensa.
El mismo clia en que Oates era atado
á
Ja picota en el
patio de Palacio, el ilustre j efe de los Puritan os, ago–
biado bajo el peso de la edad y de las enfcrmedaues, e
presentaba en Westminster Hall
á
hacer su petición .
J effreys prorrumpió en un arrebato de ira:
ce
i
wi
miwvio 21am salvar su 'vida . Lo misíilo me entiendo yo
COJi
los santos, que con los pecadores. Altí está Oates á
mi
lado
de
la picota; si Baa;te1· estlwÜ'ra al otro , se 1ab1·lan jwitado
los dos mayores bi·ibones del 1·eino. "
Llegado el clia en que había de ver e la causa en el
Ayun tamiento , una multit ud compu sta d
los que
amaban y respetaban
á
Baxter , llenaba la sala. A su
lado se colocó el cloetor William Bates, eminente t eó–
logo que perten ecía al partido de los
Di
iden t s. Ha–
bíanse encargado ele Ja d fen' a del acusado dos
abog ados
rvl,iys
de g ran fam a, Poll exl'en y Wallop.
Apena ba bia empezado Pollexfen su defensa, fué
interrumpido bru camen te por el
hief Justice, que
dijo:
ccPollexfen, os conozco bien, y no tengcíis c11idado, que
no 'nte olvidad de vos. Sois protecto1· del JJartido. Este es
1tn
viejo t111no, mi i11jame cismático , im miserable ltipócrita . Odia
la litwrgia,
y
lo único qiie le giista es el cantar si1i libro de
oraciones;»
y su señoría, volviendo los ojos al cielo,
juntas las manos en ademán de sCiplica, empezó
á
cantar g ang o amente, imitando lo que
' l creia la
manera üe orar de Baxte·r:
ccSe;101·, nosot1·os somos t·n
pueblo, tii solopueblo, tit pitebto q11e1ido.»
Y como Pollex –
fen recordase al Tribunal que el Monarca anterior
había ofrecido á Baxtcr una mitra :
cc¿
Y qué mosca le
JJicó á ese estií,pido,
exclamó Jeffreys,
pcwa no aceptai·la?"
Su furia rayó enton ces en locura. Llamó perro á