REVOLUCION DE INGLATERRA.
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dos de la rapidez que había desplegado Luis, no lo
estaban en modo alguno del importe del donativo; y
como, por otra parte, temían ofender con importunas
peticiones, se contentaron con manifestar sus deseos.
Declararon que no era su intención regatear con
bienhechor tan generoso como el Rey de Francia, y
que confiaban plenamente en su magnificencia, ha–
llándose también dispuestos
á
tenerlo propicio, aun
á
costa del honor nacional. Era bien sabido de todos
que
uno
de los fines principales de la politica fran–
cesa era añadir
á
sus dominios las provincifls bel–
gas. Hallábase obUgada Inglaterra, por un tratado
concluido con España, cuando Danby era lord Teso–
rero,
á
oponerse á cualquier tentativa que hiciese
la Francia para apoderarse de aquellas provincias.
Los tres Ministros hicieron saber á Barillon que su
amo no consideraba ya el tratado como obligato–
rio, pues decian : fuera hecho por Carlos y tal vez po–
dría considerarse éste suj eto á su cumplimiento, pero
su hermano no tenía uada que ver con él, y por
tanto, el Rey cristianísimo podía, sin el menor temor
de oposición por parte de Inglaterra, anexionar el
Brabante y el Henault á su Imperio (1).
(1) Barillon, febrero 16(26), 1685.