172
LORD lliACAULAY.
descubrió su gran libertador
y
legislador de lo alto
d el monte Pisgah, pero en la que no le fué licito pe–
netrar (1). Dryden, con más celo que cien cia, unió su
voz á las aclamaciones g·enerales,
y
predijo cosas que
ni él ni nadie acertaban á
.comprend.er;como que
auguró , entre otras, que Ja Sociedad Real llevaría el
género irnmano al extremo límite del mundo, facili··
tándonos por tal modo el medio de admirar Ja luna
más de cerca (2). Dos prelados hábiles
y
ambiciosol),
Ward, obispo de Salisbury, y Wilkins, obispo de Ohes –
ter, se hicieron notables entre los j efes del movimien–
to,
cuya historia escribió con elocuencia un eclesiás ·
t ico más joven que los dos referidos,
y
á quien reser–
vaba la fortuna principalísimo lugar en la j'erarquia
eclesiástica (3) ; Hale, lord Presidente del Tribunal Su–
premo de Justicia,
y
Guildford, lord Guardasellos, em–
pleaban las horas que podían sustraerse
á
los nego–
c ios de su oficio en escribir de li idrostática,
y
bajo la
dirección de este último se construyeron los primeros
barómetros vendidos en Londres (4); Buckíngham, el
veleidoso demagogo é intrigante cortesano, consa–
graba el tiempo que le dejaban libre los vicios, á la
química; Rupert tuvo la honra de inventar el g rabado
á la
men o tinto,
y
asoció su nombre á esas bolas de
cristal que hicieron las delicias de los niños
y
el tor–
mento de los filósofos ; Carlos mismo t nía laboratorio
e n Whitehall,
y
se mostraba más asiduo en él que no
(1)
Cowley.
Ode to tho Royal Society.
(2)
,y
entonces iremos hnsttl los límites del mun«( ;
y
veremos
el Océano confundirse con los cielos;
y
de allí t rabaremos cono·
cimier.tocon nuestros vecinos errantes en el espacio,
y
observa–
remo~
con calma
y
sin riesgo el mundo lunat'.• -Annu•
1lffrábi-
Us,
164.
.
(S)
Tomás Sprat. que
fué
ohispo de Rochester.
(4)
Nortll.
V ida de
Guildfo.rd.