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LORD MACAULAY.
nosa y curiosidad insaciable y sin precedentes en la.
historia de Inglaterra. Bien es cierto asimismo que
las turbul encias pasadas dieron por resultado hacer
considerar generalmente con recelo y desprecio to–
dos los proyectos de reforma r eligios::,i ó polltica. Du–
rante vemt años la principal ocupación de hombres
ingeniosos y activos fué redactar Constituciones, con
ó
sin primeros magistrados, ·con Cámaras hereditarias
ó electivas, perpetuas ó anuales, sin olvidar la menor
cosa, ni el detalle más insignificante, ni la denomi
nación más trivial, ni Ja ceremonia más baladí; qu0
todo se apuntó y consignó
á
la menuda eri ellas: Po
lemarcas
y
Filarcas, Tribus
y
Galaxias, lord Archon .
y lord Stratege; cúyas debian ser las urnas verdes
y
.cúyas las roj as , qué bolas debían ser de oro y qué–
bolas debían ser de plata; qué magistrados debian
traer sombrero y qué rnag"istrados birrete alto y pun–
tiagudo; cómo debería llevarse la maza
y
en qué oca–
sión habían de quitarse la gorra los heraldos: puerili–
dades que, juntamente con otras naderías, se dlscu–
t ieron y combinaron con mucha formalidad por
personas dotadas de ciencia y
conocimíent.osno nada
comunes (1). Empero los tiempos de estas imagina–
ciones habían pasado, y si algún republicano inque–
brantable distraia sus ocios merced
á
ellas, el miedo
de caer en ridícul o
y
hasta de verse perseguido de la
justicia le bacía cauto y reservado .
Mas, aun cuando
á
la sazón era impopular y peli ·
groso.eldecir palabra contra las leyes fundamentales
de la monarquía, los hombres dotados de ingenio
y
de audacia se desquitaban considerando desdeñosa -
mente cuanto hasta entonces se tuvo por leyes fun–
damentales de la naturaleza, y por tal modo el to ·
(l J Véase particularmen te la
Oceana
de Harrington.