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de SQres que h'l.blen bi en: "una palabra nueva pone el jalón de una idea
nueva".
Con la Ortofonía daríamos un paso avanzado ha cia la simplificación
de la enseñ,.mza en el sentido de. favor ece r su mejor difusión, disminuyen
do la pérdida de energías que imponen necesanamente los trast0rnos del
dialectiFmo. Por eso creo, sinceramente, que la creación de una sección
de Ortr·fonía pera los maestros en el Instituto Pedagógico Nacional obe–
dece a un plan de aplicación s egún las regiones,haciendo de esta ci en cia
una especialidad profesional, como ya acertadamente lo ha propuesto el
profesor Sánchez Correde ra, pu es la Ort ufonía en la enseñanza dá re sul–
tados sorprendentes
Los defectos de hábito o étnicos e n cua nto se refiere al idioma, es tán
ligados así a la ayuda de la Ortofonía, obra pre ferentemente digna de to–
do maestro, antes que hace r una mera repetición del J')rograma, sin investí
g-ar que es lo esencial realizar y consegutr a fin de evita r los defectos del
lenguaje, suministrando reglas abst racta s en vez de e ns eñar a hablar co–
rrectamente y elimina r defectos y vicios loca les.
"El gramático mismo
debe salir del empirismo y buscar en las formas :nismas de
la
lengua , y
no en el su pue>to atributo de lo s qu e la usa ron en otros tiempos, las leyes
qu e la rigen y qu e so n los prin cip io s de la Gramá tica científica. Estas le
yes debe n re sultar del leng uaje intelectual o lógico, como del afect iv–
Y
familiar."
La Ortofonía canstituye el
bag~je
científico que debe ll evar a-la es–
cuela el maestro , previo estudio de 1 problema de las infl uencia& foné –
ticas, por qu e le dá un a técnica capital si se piensa en la
valio~a
infl uencia
metodológica y pedagógica pa¡:a los fines de una educación sól id a.
En Europa hay la acertada idea de fund ar clases de Ort0fooía en
bis Escuelas Norm ales, como qu e en efect o, much as se han fundado,
realizá ndose ensayos prácticos co n alumno s públicos, a cuya benéfica
labor contr ibu yeron los
reputados maestros: Decroly, Rouma Boon y
otros mas, hab endo llegado dicha enseñanza hasta las Univer ida des
alemanas, en especia l a la de Kiel. Dinamarca ha funciado un "Insti tuto
Naciona l de reeducación me palabras"; tambié n otros pueblos de Euro pa.
E~p~ña
para nue5tro Idi oma, ha creado bajo la dirección del profesor
Garrido, con
la colabora ción de Navarro Tomás; asi mismo en Estados
Unidos ,
y
en general, hay la tendencia en todo nu estro Continente. En el
Petú sería de in te rés en todas las Escuelas Normales y sobre todc .con
base de aplicación en las Escuela-: Rural es drnde creo oue la eficacia
de
la Ortofonía cons tituye
t.
na arma poderosa para el maestro, pues "la
cducbción del ind io debe ser real y efectiva y un verdadero elemento
revolucionario sin distinción de grupos sociales, y no concederle unica–
mente do s años de escuela teórico-obligatoria, víctima de las tiranías ·
civiles y
fantástic<~s
del Catolicismo, a
taita de educación", como dice
el Dr. Encina , quién entre otras cosas agrega : "Qué valor ni qué im por–
tancia puede tener un Catecismo frente a una escuela que va a co laborar
en la
•olución del problema, tal como el de la higienización, ahorro,
tr?
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. mejoramiento de tierra y ganado, etc?. Natural es suponer que
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