Table of Contents Table of Contents
Previous Page  27 / 62 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 27 / 62 Next Page
Page Background

-:- 21-

La unificación no es factible por la fonética quechua, sí no po.r el cas·

tel!ano, ya que la

caract~:rística

de todo dialecto per.uano es tener un

gran porcentaje de pal ab ras castellanas. Mas posible es lueg-o la unífica–

ción mediante la absorción de ellos por el caste!Lwo, que está sobre toda

anarquía ortográfica de lós tratadis tas

quechu~s

por que muy srguro es–

toy que a los sistemas de Boas, Midendorf, Leona rdo, Vill ar, Silva y

atros se objetarán de

p o~eer

incove nirntes en concepto de muchos;

y, escuetamente, la pureza del <i¡Uechua en Cuzco, Puno, etc. sólo es

ideal.

La id ea de crear mas sign-os para el qu echua por no basta r los sig–

nos del castellano es, en mi concepto, hacer co mplejo el problema, •ie n·

do preferible escribil' ta l como se oye; y, parece que en el fondo tal se es·

tableció ma5 o me nos

ér•

la segunda se -;i ón de la l.Jirección de Educación

Indí!lena y así lo hizo el padre Holguí n y

es que existiera la urgente

necesidad de escribir en quechlla. El padre J orge por eso confiesa since–

ramente, como se ha di , h 0, que é l e >crib e como s uena y pronuncia en

esa región. En cambio en otras regiones poco se emplea las vocale s: e,

e, existiendo la terrder.cia de invertirlas en las

débile:~:

u, i, respectiva–

mente; pero esto no porque carezca los so nidns de esas vocales, sino p0r

"simple pereza" originada por lvs dialectos que tienden a suprimir dichas

voca les, sobre todo en los diptongos, como en: linda hsta dlpindinte, por

tiend a, fiesta y dependiente. He aquí la influen cia neg·¡¡tiva para el caste·

llano, ll egando el niño indígena a pro nunciar confusamente: tentiro, tinte–

re o lientera co n .acentuación y vo cal izació n variada, En dialecto no es da–

do nota r estas f,; ltas, vale decir, no son faltas las expre1:iones co.rrientes:

illlita, misa, por: sill eta y mesa, etc,. Cosa curiosa dec ir en caste llano:

quechua y e n di . Jecto quichua , resu lt a.ndo dud a y ¡;¡ulémica sobre si es con–

venie~ t

o como se debe decir en castellano o dialecto.

I para qué mas demostración?.

Por otro lado, tardaría más el maes tro enseñando signos para la

escritura ideo¡;rráfica qu echu a que enseñando la lectura y escritura caste–

llana simultaneas ; y al conclu ir con lo s rleialectos se habrá tambien con- ·

cluido con los barbarismo s

y

vici os lo cales, tod 'l vez que

es

quizá la terce–

ra parte de la población peruana oue habla quechua puro o dialectos con

la mayoría de términos casttllanos. I si bien es cierto QUe el ca>tellanu

posee términos quechuas diremos que ha sido el último baluarte defensi–

vo a la invasión total del castellano; sólo

e5Í

se ha tolerado la existencia

dialectal en fin de fines, por mutuo préstamo; de otro modo debía haber

sucumbído el quechua puro, si lo hay, en defecto del respecto co nven–

cional ¡¡¡_ue · lo ha hecho prevalece¡·,

es

por esto que creo que el deseo de crear un alfabeto quEchua, pa–

ra wn

qu~chua

que realmente no existe, antes que buscar la corrección de

vicios y barbarismos, es retrogradación punible; es ir contra t odo princi–

pio de la tend ecia actual de super eminencia idiomática en esta época

que

~e

cree que no hay hoinbre de cienc ia que no posee por lo menos dos

idiomas cultos. No hay; pues, argumento posible que pruebe la no exis–

tencia en la humanidad de esta aspiración espon•tanea para co lumbrar

1o1m cultura. Para el qu e posee castellano surge el deseo de aprender

el intrlé3 o frances hoy,

y

mañana será el deseo de dominar e l alemán, y