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ya,

Cossio, eh:, pero no ob

; ta~te

ello sus obras se h an propagado por

todo el país; se les estudia o

~e

les cri tica por lo menos y ayudan la difu–

si6n del idt oma castellanr¡ qu e avanza notablem en te, mi e ntras que el

quechua en su avance, por ejemp lo, de Sur a N0rte su fr e cam bi os

Y

t rar.s–

formacione~.

Así; "runa· simi" se convi erte en "nuna-simi", o "ohimt" y

fua st'l "luna", com'l en "Iuna-huanay'', cuyos cambios fo néticos oscilan

entre

r

suave y

rr.

doble; "simi" a "shimi" en e! Cen tro y Nvrte del Perú

respectivamente: h 1b lar; "limay", "rimay" y "rrimay "; hu evo: "!unto",

"runto" y "rru•nto" y el no menos graciaso de J auja: "lul o", como "Iulo–

"tanta, pan de a hu evo, es decir que la vari ación fonética se

~u a-.riza

desde

rr a

l.

1

¿cómo no suponer lueg·q que no se produzca "babelismou dialectal

a·ndante que impida la posibilidad de una heg·emonía políglota de tales

dialectos?....

'

El único remedio que qued a es desterrarlos para evitar la bronque-

• · dacl que produce como eco en el e as tel hno, a unque por el es tudio de é l

·se eseriba bien,

y

no me cansa t·é de re petir que la sierra po r ser sierra no

es la autora cle estas deficiencias, oino, la influencia dialectal.

Esto no obstante parece c;ue se piensa en cierta reacció n quechua.

1

bien se comprende que me refi er o al caso de la Dirección de Educaci ón

Indígena, que en alguna de sus re•mio nes de peritos qu echui stas realiza–

das hace poco, no se ha lle¡rado a conclu sion es satisfacto ri as.

En una de dichas

sesione~.

t ra tá nd os e del alfabe to quechua , acep

tan que las cinco vocales del quechua sean las m1smas latina s, asi co–

mo algunas letras .cuyos sonido s no han

exi~ti d o ,

como: b,

f,

g,

v, x,

y

z;

·que

eh,

j,

1, m, n,

ñ,

r

(se ncill as). y s,

w,

e

y

sea n igualmente r e–

presentadas por las l'l.tmas; que la

h

ex is te como so nid o as¡;¡irado, y:

e,

k,

p,

y

Q

quedaban pendientes p'lra una p róxima reunión.

En otra ses ió n, el desacuerd o sigue sie ndo mayor. El Dr. Urte aga ha

tenido idea mas acertada al sostener que el probl ema foné tico tenía dos

aspectos: científico y pedagógi co; qne para el primero se usaría e l siste–

ma fonétic u universal, pe ro q para el segundo había el incovenientE' de la

falta de p reparación de maestro s, lo qu e debe re ali z'lrse en una cáte dra

universitari a; y, ademá s la fonética

qu ~ cbua

"es difere nte en las di versas

regiones" y qu e los sistamas de los autores quechu totas serían siempre

de

caráct~r

parti cular.

lma!lin é monos ah'Jra el tit:m?O ne>e >ario para la preparación de

maestros y la unificación de los dive rsos dialectos regionalef, fonética–

mente distribuidos en Campo de Agramante, y lo que es mas grave, a

base del cuzQueño, como preconizara uno de los miembros de la cita–

da

reunión.