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- 13-

Los dialectos tendrán, pues, dias contad os; serán anollados por el

idioma culto

y

la escuela, y lo que hay que hace r un ira mente; como clice

Unamuno, es "emba lsamarlos en ciencia", extrayendo todo el calor fol–

ldórico y Ji r.güístico. "No hay que preocuparse de alargar su vida, ni

acelerar su muerte".

Incumbencia de los maestros es atenuar su influenc ia nociva desde

las escue las y cole¡¡1os.

El aymara se ha dividido tambien en num erosos dialectos, "habien–

do desaparecido tribus que la hablab an, cuyo número pasa d e cuarenta

y

mucho~

cedieron el paso al quechua por la pobreza de sus vocabulari0s.

Muchos de estos dialectos van desap areciendo paulatinamente, adoptan–

do lo s ind ios que lo hablaban el español, o el lenguaje de las tribus ve–

cinas".

Sellún el Dr. Pablo Patrón, el aymara proviene de la lengua asiria

"por las comparaciones icononmáticas e inconofónicas de los priu'litivos

americanos. asiri os y egipcios". I no sería raro que en discrepencia exis–

tan otras teorías que, con sobrada

razón,

para algunos parezca atreví–

vida impostura, como la de d on F rancisco Loayz 'l, quien cree que la

ascendencia del quechua está en e l japonés por la identificac ión de

alr.ru

nos si¡¡'nos de escritura.

No

~erá

demá8 agregar algunas observaciones curiosas referentes

a la vida del qu echu a e dialP.cto.

Hasta lHce algunos años, existía la costumbre de ej ecutar cánticos

religiosos e n que chua o dialecto con ocasión de algunas fiestas principa–

les en los pHeblos, así' como la re citación por una especie de a edas, cie–

¡¡os y mendigos del imponPnte "Ccapac Etern o" de música y letra lúgu–

bre y conmise ra tiv a; pero hoy nadie sabe por qué ni cómo ha

de~ a

pr.re

­

cido estas

cancione~

y

recitale s autódonos. ¿Qué revela esto?. ¿No será

la continua extinci ón del quechua y sus di ale cto.<?.

Pero es mas a

La

música que

~e

debe el haber conservado la letra y

el espíritu de esas viejas canciones que v"n camino al _olv ido eterno in–

dudabl emente. Es natural que mucho antes existían otras canciones y ora–

ciares quechuas que han ido

~ m e nguando

su propagación por la acción

riel tiempo y la evo lución del ca>te!lan o, por que el esfuerzo catPquista

luch aba por traducir y ha ce r comprensible para los aborí¡¡-enes.

Solo a sí pudo resi stirse la violenta extinción del qu echua o dia–

lecto que h a ido influ Pnciando en el castellano en el Perú, asi como

el araucano o "mapuche" influenciaba en el idioma de Chde, de cu–

yo "map uch e" h a venido a nu estros dial ectos la palabra "Challwa",

pez de agua dulce, segun Lenz, cuya influencia en cuanto a la voca–

lización

y

la fonética es nociva, sin que esto qui era decir que las pa–

labras mas usual es y necesarias del quechua deben ser in co rporadas

o por la Academi?, o por nosotros de hecho a nuestro léx ico nacio–

nal, ab sorviendo y co ndensando dentro del caste llano las palabras ú–

tiles

y

necesarias. Pero cuando haya llenado este objeto como fac–

tor de e nriquec imiento, trad ición histórica o conservación de algun

predominio cariñoso del pasado en el folklore, se atenua rá tambien

día a

dí~.

y con eso habrá terminado todo.

Pueblos había donde no

~e

pensaba, por ejemplo, en periódicos