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Los dialectos tendrán, pues, dias contad os; serán anollados por el
idioma culto
y
la escuela, y lo que hay que hace r un ira mente; como clice
Unamuno, es "emba lsamarlos en ciencia", extrayendo todo el calor fol–
ldórico y Ji r.güístico. "No hay que preocuparse de alargar su vida, ni
acelerar su muerte".
Incumbencia de los maestros es atenuar su influenc ia nociva desde
las escue las y cole¡¡1os.
El aymara se ha dividido tambien en num erosos dialectos, "habien–
do desaparecido tribus que la hablab an, cuyo número pasa d e cuarenta
y
mucho~
cedieron el paso al quechua por la pobreza de sus vocabulari0s.
Muchos de estos dialectos van desap areciendo paulatinamente, adoptan–
do lo s ind ios que lo hablaban el español, o el lenguaje de las tribus ve–
cinas".
Sellún el Dr. Pablo Patrón, el aymara proviene de la lengua asiria
"por las comparaciones icononmáticas e inconofónicas de los priu'litivos
americanos. asiri os y egipcios". I no sería raro que en discrepencia exis–
tan otras teorías que, con sobrada
razón,
para algunos parezca atreví–
vida impostura, como la de d on F rancisco Loayz 'l, quien cree que la
ascendencia del quechua está en e l japonés por la identificac ión de
alr.ru–
nos si¡¡'nos de escritura.
No
~erá
demá8 agregar algunas observaciones curiosas referentes
a la vida del qu echu a e dialP.cto.
Hasta lHce algunos años, existía la costumbre de ej ecutar cánticos
religiosos e n que chua o dialecto con ocasión de algunas fiestas principa–
les en los pHeblos, así' como la re citación por una especie de a edas, cie–
¡¡os y mendigos del imponPnte "Ccapac Etern o" de música y letra lúgu–
bre y conmise ra tiv a; pero hoy nadie sabe por qué ni cómo ha
de~ a
pr.re
cido estas
cancione~
y
recitale s autódonos. ¿Qué revela esto?. ¿No será
la continua extinci ón del quechua y sus di ale cto.<?.
Pero es mas a
La
música que
~e
debe el haber conservado la letra y
el espíritu de esas viejas canciones que v"n camino al _olv ido eterno in–
dudabl emente. Es natural que mucho antes existían otras canciones y ora–
ciares quechuas que han ido
~ m e nguando
su propagación por la acción
riel tiempo y la evo lución del ca>te!lan o, por que el esfuerzo catPquista
luch aba por traducir y ha ce r comprensible para los aborí¡¡-enes.
Solo a sí pudo resi stirse la violenta extinción del qu echua o dia–
lecto que h a ido influ Pnciando en el castellano en el Perú, asi como
el araucano o "mapuche" influenciaba en el idioma de Chde, de cu–
yo "map uch e" h a venido a nu estros dial ectos la palabra "Challwa",
pez de agua dulce, segun Lenz, cuya influencia en cuanto a la voca–
lización
y
la fonética es nociva, sin que esto qui era decir que las pa–
labras mas usual es y necesarias del quechua deben ser in co rporadas
o por la Academi?, o por nosotros de hecho a nuestro léx ico nacio–
nal, ab sorviendo y co ndensando dentro del caste llano las palabras ú–
tiles
y
necesarias. Pero cuando haya llenado este objeto como fac–
tor de e nriquec imiento, trad ición histórica o conservación de algun
predominio cariñoso del pasado en el folklore, se atenua rá tambien
día a
dí~.
y con eso habrá terminado todo.
Pueblos había donde no
~e
pensaba, por ejemplo, en periódicos