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dialectos, y así no es raro o ir la expresión:«dictum factum rurachcanqui•.

dicho y hecho lo haces. 1 si hay aigunas frases latinas dentro de los dia·

Iectos, proviene del esfuerzo catequista evidentemente cuando los misio·

nero& en sus plátic'ls se ven obligados a hacer citas de allfunos aforismos

latinos.

Asimismo, multitud de palabras aymaras y quién sabe si de otros i·

diowas han pasado a nue&tro hoy dialectos

a

través del quechua,

asi como del griego pasaron muchas al castellano a través del latín.

Del aymara proviene "m¡.rca'· o "malea", segun

la región, pueblo¡

en

quec~tta

es "llac!a" y sMe usa indistintamente: en el sur ''llacta" y en el

Centro utarca" o malea .

Un nexo filológico de auechua-aymara se tiene en Tupi (Yau–

yos), el •cauqui" y es muy posible suponer que sea el Úl'!ico

sitio donde

se habla en el Perú. a 'estar seguro de la afirmación de los naturales de

dicho lu¡r·ar

y

que por estar situado en eeia de costa no ha podido in·

filtrarse a la sierra·, ni descender a la costa por la quebrada de Lunahua·

ná.

Queda dl'mostrado en parte que los dialectos, contra los que empe–

ño mi lucha, son de hecho leti¡ruas mixtas y multi-originarias, es decir,

que la mayoría de ellos en la actualidad son pseudo- quechuas, con pre·

f)f>nderancia en su composición de castellano a mas de la resultante de

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o mas lenlluas aborígenes y "que estando desprovistos de morfología

característica al presente, no pueden ser reivindicados por ninguno

de los idiomas que los componen", sinó totalmente absorvidos por el

ca.stdlano. Es, pues, un verdadero caso de hibridación lingüística en

el campo de la filología nacional en vías ue ser desterrado cr.omo

lo

creo yo si es que hay voluntad de nacionalismo, en los maestros.

El quedlua, por otro lado, fué idioma; pero ya no es.

1

no es,

porque no es de nuestro ttempo o cultura; y por consilluiente, es len–

gua muerta

y

su espíritu ya no sería de nuestro domiRio ni su obie·

to tendría razón de ser.

Si

bien es cierto que representó la estupenda cultura de nuestro pa·

sado Incario, pero esa cultura ha dejado de evolucionar, aun cuando

no ha muerto stguiendo el "sino" spen¡rleriano; salvo

ti

caso Ele inves–

tigación de la cultura que representó el verdadero quechua. Pero se·

¡run una Til'ia sentencia: "parece que todo pueblo muere por su len–

gua".

Spengler,

justifica esta aserción:

··cuaado ya no podemos ver

y oír como

~e

habla un idioma, sólo conocemos su esqueleto, no su

cuerpo". Esto ha sucedido con el quechua clásico y otros

idiomas "que

con razón llamamos muertos, por que ha desapárecido la crmunidad

humana <;ue se formó con ellos". Continuando aun más dice "Conoce–

mos el idioma egipcio, pero no el habla egipcio. Sabemos aproximada·

mente cual era el valor fonético de las letras y el sentido de las palabraf:'