9-
dialectos, y así no es raro o ir la expresión:«dictum factum rurachcanqui•.
dicho y hecho lo haces. 1 si hay aigunas frases latinas dentro de los dia·
Iectos, proviene del esfuerzo catequista evidentemente cuando los misio·
nero& en sus plátic'ls se ven obligados a hacer citas de allfunos aforismos
latinos.
Asimismo, multitud de palabras aymaras y quién sabe si de otros i·
diowas han pasado a nue&tro hoy dialectos
a
través del quechua,
asi como del griego pasaron muchas al castellano a través del latín.
Del aymara proviene "m¡.rca'· o "malea", segun
la región, pueblo¡
en
quec~tta
es "llac!a" y sMe usa indistintamente: en el sur ''llacta" y en el
Centro utarca" o malea .
Un nexo filológico de auechua-aymara se tiene en Tupi (Yau–
yos), el •cauqui" y es muy posible suponer que sea el Úl'!ico
sitio donde
se habla en el Perú. a 'estar seguro de la afirmación de los naturales de
dicho lu¡r·ar
y
que por estar situado en eeia de costa no ha podido in·
filtrarse a la sierra·, ni descender a la costa por la quebrada de Lunahua·
ná.
Queda dl'mostrado en parte que los dialectos, contra los que empe–
ño mi lucha, son de hecho leti¡ruas mixtas y multi-originarias, es decir,
que la mayoría de ellos en la actualidad son pseudo- quechuas, con pre·
f)f>nderancia en su composición de castellano a mas de la resultante de
20
o mas lenlluas aborígenes y "que estando desprovistos de morfología
característica al presente, no pueden ser reivindicados por ninguno
de los idiomas que los componen", sinó totalmente absorvidos por el
ca.stdlano. Es, pues, un verdadero caso de hibridación lingüística en
el campo de la filología nacional en vías ue ser desterrado cr.omo
lo
creo yo si es que hay voluntad de nacionalismo, en los maestros.
El quedlua, por otro lado, fué idioma; pero ya no es.
1
no es,
porque no es de nuestro ttempo o cultura; y por consilluiente, es len–
gua muerta
y
su espíritu ya no sería de nuestro domiRio ni su obie·
to tendría razón de ser.
Si
bien es cierto que representó la estupenda cultura de nuestro pa·
sado Incario, pero esa cultura ha dejado de evolucionar, aun cuando
no ha muerto stguiendo el "sino" spen¡rleriano; salvo
ti
caso Ele inves–
tigación de la cultura que representó el verdadero quechua. Pero se·
¡run una Til'ia sentencia: "parece que todo pueblo muere por su len–
gua".
Spengler,
justifica esta aserción:
··cuaado ya no podemos ver
y oír como
~e
habla un idioma, sólo conocemos su esqueleto, no su
cuerpo". Esto ha sucedido con el quechua clásico y otros
idiomas "que
con razón llamamos muertos, por que ha desapárecido la crmunidad
humana <;ue se formó con ellos". Continuando aun más dice "Conoce–
mos el idioma egipcio, pero no el habla egipcio. Sabemos aproximada·
mente cual era el valor fonético de las letras y el sentido de las palabraf:'