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llarda y fácil, que campea con tánta donosura en
el copioso é inter esante Romancero español. Mil
ejemplos podría poner, en confirmación de lo que
digo, tomándolos especielment e de entre los yara–
víes ecuatorian os; pero me limitaré
á
dos, para no
fatigar la atención de usted.
¿
Maypita cangui, Skungulla l
Punzka~u'lf.zkami
maskcani;
A llcullami kuacask causan
Cambc¡ jickusca ckogllapi.
¿
Donde
estás,~
Corazón mío
?
Te busco tarde y mañana ;
Sólo tu perro está aullando
En tu desierta cabaña.
Skigskicunmi
1
rauracunmi,
Cauckurinmi skungu kuakua/
Yackagcuna , kuillakuaycki
¿
Cay cku cuyana juckaca
l
Se me agita, se me abrasa,
Se me tuerce el corazón;
Los que sabéis avisadme
Si este es pecado de amor.
Aun del mismo drama
Ollantay
puedo citar
pasajes en que no deja de lucir satisfactoriamen–
te la rima .
y
no sólo la imperfecta, sino también
la cons · n cia. Bástenme estos seis versos de la
alocución en que el General namorado alega, an–
te el
Inca,~
la importancia de los
~ervicios
que és–
te le debe. Me he permitido
reducirlos,~
con muy
poca modificación, al quichua de mi patria.