Table of Contents Table of Contents
Previous Page  287 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 287 / 554 Next Page
Page Background

dad, que estaba, casi cada año, a merced

de las crecientes de sus ríos. Meses des- ·

pués, por decreto, se s-eñaló que era "ur–

gente iniciar la ejecución de obras de

rectificación del río Choqueyapu y la aper–

tura de vías urbanas que d·eben completar–

la". Se hizo en seguida expropiaciones para

El heroico aviador Rafael Pabón, una de las

figuras máximas del Chaco.

emprender los trabajos. Al mismo tiempo

se empezaba la obra de pavimentación del

camino de Obrajes.

El 15 de mayo de 1935, la ciudaq de La

Paz tributó, como lo hiciera antes a los

restos del aviador Rafael Pabón, un home–

naje extraordinario a las cenizas de la co–

lumna

Mérulez Arcos,

como una señal de

reconocimiento y de gratitud por el heroís–

mo inútil a que fué sometido el pueblo bo–

liviano.

Fatigante, larga, llena de sacrificios de

toda naturaleza, la guerra se prolongaba.

Al terminar el año 1934, el presidente Te–

jada Sorzano, había ordenado la moviliza–

ción general, que comprendía a todos los

hombres hasta de 50 años, para realizar el

más definitivo de los empujes guerreros.

Éste debió haber sido el primer acto en

la campaña internacional; pero entonces no

había caminos, no había transportes, fal–

taban abastecimientos y uniformes. No ha–

bía, en verdad, nada.

La ciudad -como las restantes del

país-, no obstante de que la lucha se des–

arrollaba lejos de ella, sentía el peso tre–

mendo de una ruda realidad. Las mujeres

enlutadas y los niños huérfanos aumentaban

su númeq), como aumentaba el de las per–

sonas que averiguaban por la suerte de los

seres queridos que un día emprendieron

viaje, y no se supo más de ellos.

Llegó el mes d·e junio de 1935 -la gue–

rra había comenzado en julio de 1932-,

en que, por mediación de los países veci–

nos, se negociaba la paz. El fuego en las

trincheras debía suspenders-e el 12 de ju–

nio a medio día. La expectativa fué de–

fraudada, porque el cálculo del país ene–

migo confiaba en la captura de zonas pe–

troleras, para alegar sobre ellas el d·erecho

de conquista. No consiguió sus objetivos

militares.

Las hostilidades cesaron a las 12 del día

14. A esa hora terminaban, al fin, el desa–

sosiego y la incertidumbre. Las campanas

de las iglesias repicaron alegremente. La

multitud, vapuleada por las angustias de

1

Uno de los héroes de la guerra del Chaco, Mayor

Roberto Carrasco O.

la lucha, salió a las calles y celebró el pri–

mer paso hacia la paz. Era también el in–

greso a uno de los períodos más confusos

y contradictorios de la historia patria.

241

T. 11.