Table of Contents Table of Contents
Previous Page  212 / 554 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 212 / 554 Next Page
Page Background

después de su jornada de gloria y consoli–

dación de la nacionalidad, los ancianos las

'

mujeres y los niños fueron a darle alcance,

aclamando a los vencedores, entre los cua–

les buscaban a sus parientes y deudos.

Muchos no regresaron: era el precio del

triunfo. Volvió a presentarse la hora de la

alegría, la tensión cargada de emoción; el

júbilo mezclado con llanto; la celebración,

en la cual también había que llorar a los

muertos, había que curar a los heridos. Y

había, también, que asombrarse de que

3.800 hombres hubieran vencido a 6.000 y

que fuera mayor el número de los prisio–

neros que el de los vencedores. Estos esta–

ban formados -se dijo en páginas prece–

dentes- por una mayoría de varones del

Norte. Oigamos a Ballivián, cuando en un

decreto otorgando premios a los comba–

tientes afirmaba: "Que a la def.ensa de la

Nación contra el ejército invasor, han con-

Medalla conmemorativa de la victoria de Ingavi.

currido las guardias nacionales de este De–

partamento, con un entusiasmo digno del

patriotismo boliviano y de la justicia de la

causa". Que a nadie extrañe la afirmación.

En los grandes períodos de la historia dé

los pueblos, a momentos, la patria se con–

creta en la robusta concepción de un solo

hombre o de un grupo de ciudadanos. Bo–

livia vibró íntegra sin otro amor que el

del sacrificio, desde el 2 de octubre, cuan–

do las tropas de Gamarra pasaron por el

Desaguadero en son de conquista, hasta

culminar en los 3.800 hombres que se ba–

tieron con bravía resolución en Ingavi.

Toda la patria estaba allí en ese puñado de

varones mal armados frente a un enemigo

poderoso.

No obstante, la paz no había sido toda-

vía establecida. Conocíase que el Perú, cu–

yo gobierno deseaba proseguir la guerra

que había sido llevada sin previa declara–

ción, estaba dispuesto a movilizar otras re–

servas. No se las temía. Pero Ballivián

conocía la clásica sentencia: un tratado de

paz es más conveniente para los pueblos

que una guerra victoriosa.

Frente a la actitud peruana, no tuvo otro

recurso que mejorar ·el ejército, llamar nue–

vos contingentes, acordando llevar "las ar–

mas de la República sobre el territorio pe–

ruano, continuando la defensa contra la

injusta agresión, con que se ha ultrajado el

honor y los derechos de Bolivia". Aceptó

el pueblo la disyuntiva, como única com–

patible con su anhelo de paz y tranquilidad.

En enero del año 42 salió el ejército expe–

dicionario, que no tenía ningún propósito

de conquista. Tomó Puno, Moquegua y

otras localidades y desde allí inició conver–

saciones de paz. No obstante de que podía

imponer condiciones de vencedor y con un

ejército armado para sostener sus puntos de

vista, prefirió un acuerdo honorable y so–

bre todo g·eneroso.

HITOS EN EL CAMINO

Pasado el peligro, Ballivián, que encar–

naba el tipo de las aspiraciones aristocra–

tizantes, inició su gobierno ocupándose de

la administración. Al mismo tiempo, esta–

ba arrastrándose ya, desde la sombra, el

cuerpo, informe todavía, dd motín y la re–

vuelta.

Inmediatamente después de Ingavi se

produjeron dos sucesos salientes en la ciu–

dad: el 22 de abril de 1842, se fundó el

Colegio Militar, ocupando

-el

local del Co–

legio Seminario; se reanudaron los traba–

jos interrumpidos de la construcción de la

catedral. No podía hacerse mucho en ese

tiempo, porque estaba reanudada la inte–

rrumpida actividad crucista para volver a

tomar d gobierno. Los hilos de la revuelta

iban anudándose de Departamento en De–

partamento y se extendían a los comandos

166